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La sobriedad se impone en el Museo Valenciano de la Ilustración

El edificio de Vázquez Consuegra se abre con dos años de retraso

Ferran Bono

El proyecto original de la Diputación de Valencia se ha ido transformando con el fin de dotarlo de mayor contenido. Lo que empezó siendo un museo sobre la Ilustración valenciana pasó a ser un museo valenciano sobre la Ilustración, al que se le añadió, definitivamente, el apellido genérico de modernidad. También se ha dado cabida al arte contemporáneo, que ocupará la luminosa y más amplia sala de exposiciones temporales, bajo la gestión del Consorci de Museus, dirigido por la subsecretaria de Promoción Cultural de la Generalitat Valenciana, Consuelo Ciscar. Además, el diputado de Cultura, Antonio Lis, ha subrayado el papel que ha de desempeñar el museo en la difusión de la cultura democrática.

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Todos estos cambios originados por la indefinición del proyecto original han contribuido a acrecentar el predominio del continente sobre el contenido, a pesar de que el edificio ideado por el equipo de arquitectos formado por Vázquez Consuegra, Pedro Díaz e Íñigo Casero se concibió en función de la expoción permanente de la Ilustración.

Ésta transcurre en el cuerpo principal del edificio a través de rampas descendentes que van atravesando 15 escenarios cegados a la luz natural, al tiempo que recorren cronológicamente las diferentes etapas del Siglo de las Luces. La muestra audiovisual parece ideada especialmente para un público joven y estudiantil siguiendo la tendencia museográfica que introduce todo tipo de espectaculares efectos audiovisuales para captar la atención del público. En ocasiones, el recorrido, que ocupa una extensión de 2.000 metros cuadrados, parece más bien un parque temático dedicado a la seria materia de la Ilustración.

Los responsables del montaje, Boris Micka, de la empresa radicada en Sevilla General de Producciones y Diseños, y el director del Muvim, Rafael Company, aseguraron que las pruebas realizadas con público han sido un éxito, e insisten en que el segmento de edad que disfrutará de la muestra es muy amplio. El recorrido más completo, que se ofrece en cuatro idiomas, tiene una duración de 55 minutos, y el más breve es de 20 minutos.

Ayer, entre el público que asistió al acto de inauguración del Muvim, que presidió el titular de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana, hubo comentarios de todo tipo sobre la muestra, que algunos calificaron de sorprendente. También se apuntó el interrogante de si el contenido justifica la creación del museo.

El caso es que el sugerente edificio acapararó la mayor atención. Para iniciar el recorrido expositivo se asciende a la cota superior desde un ascensor transparente ubicado en el espacioso y luminoso vestíbulo, para desde allí ir descendiendo por un sistema de rampas hasta desembocar en la misma sala. La fachada principal es un lienzo de hormigón concebido como un hito escultórico sobre el que se han de proyectar los árboles del jardín circundante, ahora en obras. El museo tiene una superficie de 8.000 metros cuadrados. En su construcción se han invertido 1.789 millones de pesetas, mientras que el presupuesto de la exposición permanante se eleva a 462 millones, y la remodelación de los 23.000 metros cuadrados del jardín -de cuyo diseño se encarga también a Vázquez Consuegra-, a 708 millones.

El arquitecto sevillano, autor de la rehabilitación del Palacio de San Telmo, definió la 'geografía' del Muvim como 'musculosa y descoyuntada' y destacó la iluminación natural de muchas instancias a pesar de parecer un museo cerrado. Además de las tres salas de exposición, se ha habilitado un amplio espacio de servicios, que incluye una amplia biblioteca y un adaptable salón de actos. Esta zona estará dedicada también al estudio.

El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, señaló que el Muvim 'enriquece todavía más la extraordinaria oferta cultural valenciana', antes de pasar lista a algunos museos inaugurados recientemente. El presidente de la Diputación, Fernando Giner destacó los valores democráticos del Muvim.

Además de la permanente, el museo ofrece en la actualidad una muestra procedente del museo alemán Vitra Design, que recorre los 100 años del siglo XX a través de 100 diseños de sillas, y otra dedicada a la obra de Vázquez Consuegra.

Una vista del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad.
Una vista del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad.MÓNICA TORRES
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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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