Comercios y bancos dañados el domingo censuran la pasividad y el retraso policial
Los daños en las tiendas del paseo de Gràcia, evaluados en 100 millones
La protesta comenzó a las 12.30. Los manifestantes, a su llegada al punto de encuentro entre la avenida Diagonal y el paseo de Gràcia, se encontraron con un panorama libre de presencia policial en el descenso del paseo hasta la plaza de Catalunya. De hecho, según los testigos, los agentes estaban situados en las calles perpendiculares al paseo de Gràcia, en las de Aragó, Diputació y Gran Via de les Corts Catalanes. De este modo, el paseo quedaba libre de protección policial en su primera mitad, desde la avenida Diagonal hasta la calle de València. En este tramo, las primeras piedras de los elementos más violentos de la manifestación derribaron las lunas de las oficinas del Banco de Santander y del Deutsche Bank en la avenida Diagonal sin que nadie intentara evitarlo.
Después, la protesta continuó su marcha descendiendo por el paseo de Gràcia en dirección a la plaza de Catalunya. La siguiente parada fue la sucursal de Caja Madrid, que sufrió desperfectos en todas sus ventanas, algo de lo que los empleados no se percataron hasta el día siguiente ya que 'el domingo aquí no había nadie y nadie nos avisó', afirma el director de la oficina. Quien sí estaba en el banco Halifax, el siguiente en recibir el ataque de algunos manifestantes, era su directora. 'La policía nos había alertado de que podría ocurrir algo así, de modo que vine a las 10.30 y a las 12.30 pasaron los manifestantes. Al final, sólo nos dejaron unas cuantas pintadas, tal vez porque esta oficina no parece realmente un banco, pero no vi a ningún policía hasta las 16.00, tres horas y media más tarde'.
Después, le tocó el turno a Yanko, una tienda de ropa en la que, al ser domingo y estar cerrada, sus propietarios no pudieron hacer nada para evitar los desperfectos. Una vez más, la policía no intervino. Tampoco lo hizo cuando la rama más violenta de la manifestación cruzó hasta el otro lado del paseo de Gràcia y destrozó varias lunas de la oficina del BBVA. En este caso, el banco sí contaba con la presencia de un guardia de seguridad. 'Al principio comenzaron a hacer pintadas y llamé a la policía a las 13.18. Después comenzaron a romper los cristales y volví a llamar a las 13.22. Pero los agentes no aparecieron', asegura el guardia de seguridad de la entidad bancaria. 'La primera vez que vi a la policía fue a las 15.00, cuando pasaron dos agentes que, desde una moto, hacían fotografías a los desperfectos sin apearse. De hecho, los primeros policías que se acercaron a preguntar cómo estábamos no lo hicieron hasta casi cuatro horas más tarde, a las 17.00 horas'.
En la oficina de Ibercaja cayeron lunas y rótulos luminosos. El responsable de seguridad no se encontraba allí. 'Me avisaron y acudí a las 18.00. No sé si habrían pasado antes, pero mientras estuve aquí no vino ningún agente a interesarse por la situación. Todos estaban ocupados protegiendo el edificio de la Bolsa de Barcelona', afirma.
Después, la violencia de algunos manifestantes cayó sobre los escaparates y las lunas de Caixa de Terrassa, La Caixa y varias tiendas de ropa, cuyos responsables no recibieron durante el domingo ninguna notificación acerca de los desperfectos, 'y nos encontramos todo el panorama el lunes al venir a trabajar', asegura un portavoz de la oficina de Caixa de Terrassa.
'En el Banco Pastor también nos rompieron algunos cristales. Nadie nos había avisado de que esto podría suceder. Si lo hubieran hecho, seguramente habríamos cubierto las lunas del banco con láminas de madera, como hicieron otros establecimientos', critíca un directivo de la compañía. 'Lo que se preveía que iba a ser una manifestación pacífica se convirtió en una batalla campal y algunos individuos comenzaron a romper nuestros cristales. La verdad es que no llamamos a la policía, pero, de todos modos, hasta las 19.00 horas los agentes no hicieron acto de presencia, aunque sólo fue para filmar los desperfectos', critica un directivo de la compañía.
Un testimonio que se repite en la voz del guardia que se ocupaba de la seguridad del Banco Sabadell. 'Llegué a las 13.30, pero no puede entrar hasta las 14.00. La policía no pasó por aquí, estaba esperando en la calle de la Diputació, así que me puse a cubrir con tablas de madera los huecos de las ventanas rotas para mantener la seguridad del banco'.
Después la protesta pasó por delante del edificio de la Bolsa de Barcelona, custodiado por los agentes. Más abajo, cuando los manifestantes ya habían dejado atrás las posiciones de la policía en la calle de la Diputació y la Gran Via, y ante su pasividad, las piedras llovieron sobre diferentes establecimientos, con las mismas consecuencias que minutos antes: pintadas, cristales por el suelo, rótulos luminosos rotos y llamadas infructuosas a la policía.
En el restaurante Burger King, ya casi al final del paseo de Gràcia, el encargado llamó a la policía para denunciar el ataque. Nadie acudió. Los agentes ya estaban ocupados con la carga policial en la plaza de Catalunya una vez terminada la manifestación.
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