Alcatel anuncia una venta masiva de sus plantas industriales
La multinacional, que emplea a 130.000 personas, subcontratará la producción para reducir costes
El presidente del grupo acudió brevemente a un acto de su empresa en París, donde su presencia no estaba prevista, para salir al paso de las fuertes reacciones causadas por el anuncio del proyecto en el diario The Wall Street Journal, que aseguraba que Alcatel conservará, dentro de 18 meses, menos de una docena de sus 120 factorías. Cogido entre el temor de provocar una sublevación social y la voluntad de seducir a la Bolsa, Tchuruk cuestionó la exactitud de los datos publicados por el periódico mencionado, pero no confirmó cuántas fábricas serán vendidas, ni cuántas cerradas; ni siquiera cuáles están afectadas por el proyecto.
Por el contrario, confirmó plenamente el fondo del plan: la vocación de Alcatel se centrará en la investigación y el desarrollo, aunque mantendrá algunas fábricas que juegan un papel importante en el lanzamiento de productos nuevos o de alto valor tecnológico, como las actividades espaciales, como los satélites, las redes submarinas y la fibra óptica.
Para un número indeterminado del resto de factorías se diseñan cesiones como la realizada recientemente respecto a una fábrica de teléfonos móviles en Laval (Francia) con 800 empleados, que ha sido vendida por Alcatel a una sociedad radicada en Singapur, denominada Flextronic, participada por capital estadounidense y que ha cerrado un acuerdo similar para producir terminales para Ericsson, que decidió dejar de producir móviles.
Una vieja idea La idea no es enteramente nueva. Los sindicatos reconocieron que el presidente de Alcatel había dicho en otras ocasiones que el mercado de la industria de componentes de telecomunicación y electrónica de gran consumo está reduciéndose y que deseaba orientar la empresa hacia los oficios de alto valor tecnológico. Pero esta vez se trata de acelerar el proceso con un golpe muy fuerte.
Las factorías que producen componentes para productos de gran consumo -teléfonos fijos, modems de acceso a Internet-, los terminales móviles y ciertos componentes de electrónica profesional para la defensa serán vendidas o integradas en empresas con las que el grupo francés llegue a acuerdos, o tal vez cerradas.
Este plan de reestructuración masivo se inserta en la perspectiva de los anuncios realizados en los últimos meses por los grandes fabricantes mundiales de equipos, con consecuencias dramáticas para el empleo: Nortel ha anunciado la supresión de 30.000 empleos, un tercio de sus efectivos, mientras Lucent se dispone a suprimir más de 20.000 y Ericsson ha anunciado 13.000. El propio Alcatel había puesto en marcha un plan para incentivar 9.000 bajas en Estados Unidos. A ello se suma la decisión de Philips de suprmir 1.200 empleos en Francia y llevar la fabricación de móviles a China.
Pese a la ausencia de precisiones importantes, fuentes de Alcatel se aplicaron a la tarea de desmentir que el grupo se haya planteado un vasto plan de 'deslocalización', es decir, traslado a otros países de la producción industrial realizada ahora principalmente en Europa. Las mismas fuentes insistieron en que no se trata de ceder fábricas a sociedades desconocidas u oportunistas, y evocaron grupos de primer orden, como Thomson Multimédia (electrónica de consumo) o Thales (defensa). En ese sentido, matizaron las declaraciones del presidente diciendo que 'no eran la mayor parte' de las plantas que dice The Wall Street Journal y cifraron entre 10.000 y 12.000 el número de empleados que se verán afectados sobre los 130.000 (39.000 en Francia) totales.
Los mercados acogieron bien los planes anunciados por Alcatel, que ocupa el undécimo puesto por capitalización bursátil y entre las 10 primeras por facturación (31.000 millones de euros en 2000). En la Bolsa de París, Alcatel, que ha perdido el 60% de su valor en el año, subió el 1,14%.
El anuncio cayó 'como una bomba' en el Gobierno francés, según confesó el ministro de Industria y Telecomunicaciones, Chritian Pierret, que solicitó una reunión urgente con la dirección de Alcatel para que aclare los planes de ajuste. Los sindicatos expresaron inmediatamente sus temores por las consecuencias de esa estrategia, pero las espadas quedan en alto hasta mañana, día en que está previsto explicar el proyecto al comité de empresa europeo de Alcatel.
Repercusión en España En España, el anuncio pilló de sorpresa a la dirección de la compañía que, según un portavoz, no tenía ninguna confirmación oficial desde París y desconocía la repercusión que el recorte tendrá sobre los 4.666 empleados que tiene la firma. Alcatel España, que cuando era StandardEléctrica vivió una dura reconversión, posee tres fábricas: Villaverde (Madrid), dedicada a sistema de conmutación; Toledo, que fabrica sistema de acceso para centrales locales, y Maliaño (Cantabria), dedicada a cables de cobre y de fibra óptica. Todas estas actividades son suceptibles de subcontratación, a tenor de las declaraciones de Tchuruk.
Los sindicatos han pedido una reunión urgente. Según el responsable de CC OO Pedro Lorca los trabajadores que se podrían ver afectados estarían entre 1.000 y los 1.500, que están directamente implicados en la producción, según una primera evaluación.
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