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Ministros y miembros del PSOE se cruzan acusaciones por la falta de propuestas

El primer cara a cara de casi dos horas de duración en el hemiciclo del Congreso entre José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero les supo a poco a sus respectivos equipos. Nada más terminar sus intervenciones, dos ministros del Gabinete y hasta cinco miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE se cruzaron en la práctica las mismas acusaciones: la inconsistencia y la falta de precisión y concreción en las propuestas de sus respectivos líderes.

Entre las filas del PP cundió la consigna de que Aznar había derrotado ampliamente a Zapatero pero sin ánimo de humillarle o dejarle sin resuello para el futuro. En el PSOE se extendió la idea de que Zapatero había aguantado en pie su primer duelo con el presidente, improvisando sus réplicas y con unas buenas maneras que calan muy bien entre los ciudadanos.

Apenas dos minutos después de la última dúplica de Aznar y Zapatero, Rodrigo Rato comparecía ante los periodistas para cuestionar la solidez del dirigente socialista. El vicepresidente económico subrayó el discurso generalista de Zapatero y lamentó que no se hubiese atrevido a aportar nuevos datos sobre su propuesta fiscal. En cuanto dejó los micrófonos libres Rato los retomó Pío Cabanillas, el portavoz del Ejecutivo, para concordar sobre los mismos mensajes y determinar que, según su criterio, Zapatero había perdido una gran oportunidad. Frase que enfatizó también el secretario general del PP, Javier Arenas, que aprovechó para hacer mofa con las 'críticas puntuales o anécdotas' de Zapatero, como las alusiones al Quijote, al error en la página web de la Fundación La Carolina o al programa nocturno de José Luis Moreno los sábados en TVE donde aparecen hombres y mujeres en ropa interior.

Un sector del Gobierno se atrevió incluso a considerar de todos estos aspectos que Zapatero había quedado muerto como alternativa. Fuentes de la dirección del PP que compartieron varios momentos de ayer con Aznar apuntaron que el presidente no había estado 'flojo ni apagado en las réplicas' sino que no había querido 'machacar' a su rival porque 'la opinión pública tampoco habría comprendido bien que hurgase mucho en las heridas y carencias del principal líder de la oposición'.

Los dirigentes del PSOE salieron en tropel a defender a Zapatero. José Blanco, el secretario de Organización, fue el primero en denunciar el intento desde las filas del PP de repetir con su estilo 'bronco de hacer política' lo que ocurrió en 1998 contra José Borrell. Blanco observó 'inquietud, desasosiego y nerviosismo' en el PP ante una intervención de Aznar que 'no contestó a ninguna crítica' y se refugió 'en la propaganda oficial del España va bien'. El responsable económico del PSOE, Jordi Sevilla, destacó que los espectadores que vieron ayer 'a uno de los peores Aznar posibles' se dividieron entre 'los que se han dormido y los que bostezaban'. También indicó que Aznar no había entrado en precisar nada de su propuesta de rebaja fiscal porque se da tres años y porque quiere rentabilizarla electoralmente. Carmen Chacón, del área cultural, explicó que Zapatero había hablado de aprovechar la celebración en 2004 del cuarto centenario del Quijote para escaparse de la banalidad y de la cultura 'de Tómbola, lencería y Gran Hermano' que impone este Gobierno a pesar de las risas que provocó esa referencia en los diputados del PP y a los que refrescó la famosa frase de Millán Astray, fundador de la Legión: 'Cuando oigo hablar de cultura saco la pistola'.

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