Barcelona pierde sedes de grandes empresas en favor de Madrid
La globalización resta peso económico a la capital catalana
En 1994, Madrid había bajado hasta el 48,3% de las sedes de las mayores empresas, mientras que Barcelona había subido hasta el 10,8%; pero a partir de ese año se inició en la comunidad catalana una pérdida de sedes de grandes grupos y cuatro años más tarde, en 1998, la cifra había disminuido en dos puntos, hasta el 8,9%.
El director del IAE, Xavier Vives, ha explicado: 'Se trata de una conclusión provisional porque el estudio todavía está en marcha, pero los datos que tenemos reflejan que Madrid está aguantando mejor que Barcelona el efecto de la globalización a la hora de mantener sedes de grandes compañías'.
El proceso de pérdidas de sedes es más importante si sólo se tienen en cuenta los grupos que cotizan en Bolsa, que en el año 1992, con los Juegos Olímpicos, el 82% de ellos estaba en Madrid por sólo el 8,7% en Barcelona.
Dos años después, Madrid ya tenía el 86% de estas sedes y Barcelona únicamente el 7,5%, y ya en el año 2000 Madrid contaba con el 92,5%, mientras que Barcelona se limitaba al 4,3%, con lo que la capital catalana ha perdido cuatro puntos en ocho años.
El informe ofrece ejemplos de cómo las fusiones de empresas propiciadas por la globalización han favorecido a Madrid, que en este proceso ha conseguido sedes que tradicionalmente estaban en Barcelona. Es el caso de la compra de Cubiertas por Entrecanales, que dio lugar a Acciona en 1997, la absorción de Fecsa y Enher por Endesa en 1998 y la creación del grupo farmacéutico Aventis tras la unión de Hoechst con Rhone Poulenc en 1999.
Otros ejemplos son la creación de Astra Zeneca, al concentrarse las compañías con estos dos nombres; el caso de Azucarera Ebro Agrícolas y su fusión con Puleva en 2000 hizo que Barcelona perdiera otras sedes.
En otros casos, cuando Barcelona ha mantenido la sede pese a una fusión, se ha limitado al ámbito jurídico, con lo que en la capital catalana se celebra la junta de accionistas y se tributa fiscalmente, pero en realidad la sede operativa, donde se toman las decisiones, se traslada o mantiene en Madrid. Así pasó con fusiones como las que han dado lugar a Fomento de Construcciones y Contratas en 1992, el grupo de telecomunicaciones Auna y la filial de Internet de Telefónica Terra, estas dos últimas en el año 2000.
Vives afirma: 'Siempre es mejor retener la sede operativa porque si no, la consecuencia para Cataluña es que tenemos las mejores universidades, pero luego estos estudiantes de primer nivel tienen que marcharse fuera para promocionarse en su profesión por falta de centros de decisión reales en Cataluña'.
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