Medio Ambiente maquilla las cifras de incendios
Las comunidades autónomas obligan al Ministerio a no ofrecer datos por regiones
Uno de los aspectos más conflictivos de la política de lucha contra incendios en España es la información. Un año más, las comunidades autónomas obligan a Medio Ambiente a no dar todos los detalles sobre la situación de los incendios durante el verano. Se quiere un perfil bajo: no deben darse precisiones sobre la situación en cada región que provoquen odiosas comparaciones. Y así lo hará Medio Ambiente: 'Se trata de una información sensible y muchas comunidades tienen miedo a su repercusión ante la opinión pública, así que hemos aceptado no individualizar esa información'. Medio Ambiente ofrece un argumento curioso: 'lo haremos entre otras cosas para salvar la base de datos que hay en España que es de muy buena calidad, no vaya a ser que alguna comunidad afectada responda no ofreciendo los datos'. Medio Ambiente ofrecerá semanalmente unas cifras de incidencia general y sólo tres veces a lo largo del verano unas estadísticas por 'zonas ecológicas'. Y ahí está el maquillaje. En lugar de ofrecer cifras repartidas por 17 comunidades, los datos se distribuirán por cuatro áreas: comunidad interior, mediterráneo, noroeste y Canarias, de tal suerte que el ciudadano no sabrá muy bien qué es lo que ha sucedido en Galicia en comparación con Andalucía, por poner un ejemplo, de tal forma que Jaen pertenece a la comunidad interior y Granada a Mediterráneo.
El 70% de los incendios en España son provocados, y este porcentaje sigue estable
Medio Ambiente rechaza el tinte político de esta política informativa ('así lo pide la mayoría', dice un portavoz), frente a comunidades que acusan a Medio Ambiente de practicar esta política para 'proteger lo que está sucediendo en Galicia y Castilla y León donde los datos suelen ser muy superiores al resto de comunidades'.
Las estadísticas demuestran que España es el país de la Unión Europea donde más incendios se producen y más superficie forestal queda afectada. La terquedad de las cifras no admite dudas: cada año se superan los registros anteriores, de tal forma que en el 2000 se produjeron 15.091 conatos de incendios y 8.161 incendios, cifras ambas superiores a la media de la década de los 90. Las Comunidades autónomas emplearán este año más de 60.000 millones en la prevención y extinción de los incendios, pero a pesar del esfuerzo presupuestario, de la mejora de los medios técnicos ('casi hemos llegado al tope', dicen en Medio Ambiente), de las labores de prevención, de las campañas de concienciación y de que se sabe que el 70% de los incendios son provocados, las cifras no disminuyen y siguen floreciendo críticas de expertos sobre problemas en la falta de coordinación y en la decisión política de perseguir a los culpables de causar un incendio. El Seprona de la Guardia Civil practicó el pasado año 134 detenciones, cifra muy superior a la de 1999 (85) y 1998 (86), pero desconoce el final de esas diligencias.
Pero frente a tanta campaña de prevención es la política informativa donde se centran algunas de las grandes preocupaciones de los responsables políticos. Todos parecen tener temor a la realidad incuestionable de las cifras y a las repercusiones que tienen los incendios ante la opinión pública, . En Galicia, es sobradamente conocido cómo los informativos de la Televisión de Galicia trabajan bajo la recomendación de que 'no se dan noticias de incendios', o si se dan, sólo cuando se apagan. Este año durante una reunión de técnicos celebrada el 3 de mayo en Teruel, un par de comunidades solicitó de Medio Ambiente que este verano ofreciera partes por comunidades de la situación de los incendios, a lo que la mayoría se negó, concluyendo que Medio Ambiente sólo ofrezca tres partes a lo largo del verano y sin precisar las comunidades.La política informativa en materia de incendios recibe una crítica más contundente por parte de alguna asociación ecologista, caso de Ecologistas en Acción. 'Las comunidades tienen mucho que callar en esta materia porque suelen ser muy reticentes a ofrecer datos, no es precisamente Medio Ambiente el problema'. Esta organización se queja especialmente de la Comunidad de Madrid, como la que peor funciona.
La realidad estadística es contundente en el caso español: cada año que pasa hay más incendios y más superficie afectada. Y el 2001 se presume como un verano de alto riesgo si no se producen lluvias durante esta estación. Se calcula que, desde 1961, el 24% de la superficie forestal se ha perdido, el equivalente a algo más de 6 millones de hectáreas, es decir una superficie equivalente a la suma de Aragón y Navarra. El riesgo es evidente: España es un país Mediterráneo (el 91% de los incendios de la UE se concentran en los países mediterráneos) y junto a Suecia supone el 40% de la superficie forestal de la Unión Europea. Sin embargo, la experiencia en la lucha contra incendios no parece ir paralela a la eficacia, según los expertos. 'Se sabe que el 70% de los incendios son provocados y el 11% están causados por negligencias y que el 55% se originan en lugares de fácil acceso', comenta María Ángeles Nieto, de Ecologistas en Acción, organización que acaba de elaborar un informe sobre esta cuestión. 'Por tanto, se sabe desde hace tiempo que muchos de esos incendios provocados (el 38%) se producen en la quema agrícola o para la obtención de pastos (32%) y no parece que se haya hecho gran cosa para evitar estas actuaciones o para castigar a sus responsables. Sí, está prohibida la quema de rastrojos durante el verano, pero se sigue haciendo y, en muchos casos, la gente del lugar sabe quién lo hace. Y no pasa nada'.
Las críticas sobre falta de coordinación siguen estando a la orden del día, con ejemplos manifiestos de duplicidad de mandos a la hora de atender incendios y numerosos casos de exceso o falta de efectivos. Todos los responsables consultados coinciden en resaltar la necesidad de hacer tareas de prevención, como es la limpieza de bosques y de las vías de acceso. Todos dicen desempeñar con elevados presupuestos dichas tareas. 'Pero a veces esos caminos de acceso sirven para que los utilicen excursionistas, que terminan provocando con su actitud negligente un incendio', dicen los grupos ecologistas.
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