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Financiación y discriminación

La semana pasada el Grupo Parlamentario de Esquerra Unida del País Valencià preguntaba al presidente de la Generalitat Valenciana acerca de qué modelo de financiación piensa defender para el próximo período 2002-2007. Hacíamos esta pregunta con objeto de poner de manifiesto nuestra profunda preocupación acerca de la deuda de la Generalitat, deuda que ha pasado de 440 miliardos (miles de millones de pesetas) en 1995, cuando el Partido Popular accedió al Gobierno valenciano, hasta 980 miliardos en el año 2000. La deuda valenciana ha aumentado un 122% en estos cinco años frente a un 47% de incremento en las comunidades autónomas con competencias similares a las nuestras (las denominadas del artículo 151 aunque tengamos Estatuto de segunda categoría como Canarias y el País Valenciano), alcanzando el 10,3% del PIB, el valor más elevado de cualquier comunidad autónoma del Estado español.

¿Qué ha provocado que la deuda valenciana se dispare en estos cinco años? Sin duda los gobiernos del Partido Popular no han sido precisamente un modelo de buena gestión ni de economía de recursos. El abuso de personal de confianza, los pagos multimillonarios del Ivex a Julio Iglesias o sus agujeros con el affaire Tabares, las inversiones en Terra Mítica, en Cacsa y en otras pirámides propagandísticas del PP, explican parcialmente esta deuda. Por supuesto este crecimiento de la deuda no se puede explicar por la mejora de los servicios públicos: El mapa escolar sigue sin desarrollarse seriamente, tenemos menos centros de salud que las otras comunidades autónomas. Lo mismo ocurre con las plazas de residencia para la tercera edad, etc.

¿Cuál es la otra gran causa de la deuda? Radica en un tratamiento muy discriminatorio de nuestra Comunidad en cuanto a financiación autonómica. Somos el patito feo en cuanto a financiación de todas las autonomías con competencias similares (Art. 151). Si analizamos las competencias traspasadas por el Estado, el País Valenciano tiene más competencias que Andalucía y Canarias y se ha transferido hasta 1999 una cantidad comparable a Galicia y Cataluña. En cambio recibimos mucho menos dinero per cápita que el resto de estas Comunidades de primera, por supuesto sin tener en cuenta a las privilegiadas comunidades forales (Euzkadi y Navarra). Sólo por dar un dato. En 1999 las comunidades autónomas de primera, no forales, percibieron de media 335.726 pesetas per cápita para financiar los servicios transferidos. El País Valenciano recibió este mismo año sólo 285.000 pesetas per cápita. Una diferencia de más de 50.000 pesetas per cápita que traducido a presupuestos de la generalidad hubiera supuesto 198.630 millones de pesetas adicionales en los presupuestos de la Generalitat. Un 17,7% más que hubiera permitido mejorar los servicios públicos y disminuir considerablemente la deuda.

¿Cómo es posible que el pueblo valenciano padezca esta discriminación tan clara en la financiación de sus servicios básicos? ¿Cómo es posible que el presidente Zaplana se deshaga en alabanzas al modelo de financiación autonómica de 1997 cuando desde la entrada de este nuevo modelo el diferencial negativo de nuestro País ha ido avanzando de 41.216 pesetas per cápita en 1996 hasta 50.528 pesetas per cápita en 1999? Los datos indican, por mucho que diga Eduardo Zaplana, que el modelo de financiación de 1997 ha contribuido a alejar más todavía lo que recibimos en el País Valenciano de lo que reciben las otras comunidades autónomas con competencias similares.

Estamos en pleno proceso de debate del nuevo modelo de financiación para el período 2002-2007. Desde EUPV pensamos que este tema es crucial, de los que a veces se llaman 'de Estado'. Sin duda, el más importante para el próximo periodo ya que de este tema dependerán los presupuestos anuales de los gobiernos valencianos y su posibilidad de hacer más o menos cosas por nuestro País.

¿Por qué no intentamos llegar a un acuerdo los partidos políticos valencianos que mejore nuestra pésima situación de financiación? Hasta ahora hemos visto el libro del presidente de la Generalitat (por supuesto, muy original), reuniones en el ámbito estatal del Partido Popular o posibles negociaciones en el ámbito estatal entre el PP y el PSOE. Hay algo que no hemos visto todavía: Que los partidos valencianos debatamos nuestros problemas, pensemos en buscar soluciones consensuadas al actual proceso de discriminación financiera. Se ha hablado mucho de grandes principios en el ámbito estatal. Pero se ha obviado el primer tema que desde nuestro País debemos resolver: ¿Cómo mejorar nuestra financiación autonómica? ¿Cómo defender los derechos de nuestro pueblo frente a las tendencias centralistas actualmente vigentes?

A nuestro entender en el País Valenciano hay un déficit de financiación grave. Sólo hay que ver los números. Pero también hay un déficit grave de valencianismo. Se piensa demasiado en clave madrileña ya sea por ideología, ya sea por aspiraciones personales o por ambas cosas a la vez. Se piensa demasiado poco en clave valenciana. Se elabora demasiado poco a partir de los problemas de nuestro País. Seguramente esta es una de las causas de que nos encontremos en la mala situación en que nos encontramos ya sea en financiación ya sea en la reforma del Estatuto, congelada sine die y sin ninguna voluntad clara ni del PSOE ni del PP de avanzar en este tema.

Joan Ribó Canut es coordinador de Esquerra Unida del País Valencià.

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