José Badía expone sus imágenes tocadas por un halo de irrealidad

Alejandro Castellote ha escrito en la presentación del catálogo de la exposición, que se inauguró el pasado día 7 y que puede visitarse hasta el 8 de julio: 'José Badía no intenta explicar el mundo a través de sus fotografías, tan sólo propone un juego de simulaciones en el que podemos intuir el tempo lento, intenso y lúdico que ha elegido para mirar y para vivir'.

Sus imágenes en blanco y negro, y algunos de sus temas, como los paisajes a los que se acerca con la voluntad de revelar su majestuosidad -a pesar de la sencillez de los motivos-, remiten a algunos de los maestros indiscutibles de la fotografía, como Ansel Adams o Edward Weston.

Sus imágenes en color, en cambio, están más bien atravesadas por la influencia del expresionismo abstracto norteamericano. 'Creo que en mis trabajos en blanco y negro predomina el elemento espacial; en los de color, en cambio, manda el elemento temporal', explica José Badía.

En uno u otro caso, su obra muestra que acaso habitamos en territorios irreales, que nuestra condición tiene algo de fantasmal y que la belleza puede encontrarse en los parajes más insospechados: un trozo de pared, la corteza de un árbol, las formas caprichosas de algunos edificios, la casual coincidencia de las ramas amarillas de un árbol contra los trazos rectilíneos de unas maderas que recorren un techo.

'Cuando uno se acerca a los objetos de forma no convencional, enseguida vas a caer en las fronteras de lo irreal', comenta el artista. Cuando se busca captar la esencia del mundo, quién sabe, quizá es cuando ese mundo se abre hacia otros paisajes. Los que ha querido conquistar Badía.