Más de 60 entidades participan en la sexta Feria de Agricultura Ecológica

La oferta de la agricultura ecológica ha experimentado un cambio tremendo en unos años. En el certamen ya no se encuentran sólo tomates y patatas criados sin fertilizantes ni pesticidas, sino aceites contenidos en exquisitos envases, vinos con y sin denominación de origen procedentes de toda España, huevos jerezanos envasados con fecha de caducidad, ajos de Montalbán (Córdoba) pelados embotellados con destino a los restaurantes -o fritos y en un tarro-, guisos de verduras, tomate frito y confituras llegados de Córdoba, Asturias y Valencia, pan del día o conservado, quesos de la Subbética cordobesa, lentejas, encurtidos, conservas de espárragos... Hasta carne de ternera certificada y envasada al vacío por una firma de Utrera (Sevilla) puede comprarse en la sexta Feria de Agricultura Ecológica que se celebra desde el pasado viernes en el Palacio de la Merced, sede de la Diputación de Córdoba.

La sexta edición del certamen ha dado un salto cuantitativo y cualitativo importante. El número de expositores se ha duplicado hasta rondar los 60, las actividades paralelas al certamen se han cuidado más (técnicos y empresarios han participado en unas jornadas de debate, un grupo de ocho restaurantes ofrece menús ecológicos estos días, ha habido catas dirigidas de vinos y aceites) y las empresas participantes se muestran animadas, ya que el año pasado la afluencia de público fue más escasa.

El sector de la agricultura ecológica tiene varios objetivos muy definidos, para los que hasta ahora está contando con un respaldo evidente de la Administración. La responsable de Desarrollo Agrícola y Ganadero de la Diputación de Córdoba, Ana María Romero, explica que Andalucía, con 69.000 hectáreas cultivadas, es de las principales comunidades autónomas con más prácticas agrarias respetuosas con el medio ambiente, pero añade que el 90% de la producción se exporta. Y, lo que es peor, como ha insistido en varias ocasiones el presidente del Comité de Agricultura Ecológica, Francisco Casero, es que se exporta el producto sin elaborar, con lo que el valor añadido de la industria se lo llevan los países importadores.

El objetivo, por tanto, es conseguir que en Andalucía aumente la agroindustria ecológica, y que 'los consumidores se informen y adquieran estos productos que reúnen calidad, seguridad alimentaria y respeto por el medio ambiente. El problema, a la hora de captar a los andaluces, es que los alimentos ecológicos cuestan aproximadamente el doble que los otros. Así, una docena de huevos ronda las 400 pesetas, un litro de aceite de oliva virgen las 900 y un tarro de confitura las 500, y así en todos los casos. Ya lo dijo la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, en el acto inaugural del certamen: hay que aumentar la producción, entre otras cosas, para abaratar los precios y captar al consumidor.

Las empresas que fabrican elaborados con productos ecológicos han constituido recientemente una asociación, EPEA, que preside Francisco Robles, de las Bodegas Robles, que actualmente embotella vino ecológico amparado por la denominación de origen Montilla-Moriles. La asociación pretende unir a unos empresarios que caminan solos y buscar cauces para la venta de sus productos. Ellos mismos reconocen que deberán extremar sus campañas de difusión y ajustar algo los precios para captar al consumidor de Andalucía, algo que se considera prioritario, porque el mercado está virgen y, si no son los propios andaluces, lo coparán empresas procedentes de otros lugares.