28 jóvenes españoles sorprenden con sus metáforas creativas

Si la búsqueda de la obra de arte total sigue siendo o no un objetivo utópico, alguna respuesta se puede encontrar en la obra de la treintena de jóvenes artistas españoles (todos nacidos después de 1960) que participan en la 49ª edición de la Bienal de Venecia. España expone en dos espacios. Uno, el pabellón oficial, contiene piezas de Ana Laura Aláez y Javier Pérez sobre un viaje imaginario a Venecia ideado por Estrella de Diego. El segundo se exhibe en la isla de la Giudecca, donde, bajo el título Ofelias y Ulises, 26 artistas expresan sus metáforas sobre la vida y la muerte unificadas por el agua.

Venecia es, seguramente, la ciudad que más arte guarda entre sus palacios y canales. Un perfecto soporte antiguo para exhibir las últimas tendencias de un mundo, el del arte, en el que la pintura ya sólo es parte del mundo decadente de los duces. Los artistas han recurrido a los nuevos soportes de comunicación y expresión para visualizar sus metáforas. Vídeos en los que se proyectan performances se mezclan con fotos y juegos de ordenador o instalaciones en las que las compresas femeninas o las etiquetas militares son la base y el todo.

'Porque cuando empiezas no recuerdas nada y porque cuando terminas no entiendes nada', dice una de las frases escritas en una de las paredes de la Bienal, y puede que sea la frase que mejor resuma el sentimiento que acompaña al visitante cuando termina de ver todo lo que se expone.

Caos y orden

El suizo Harald Szeemann, director de la Bienal, se define como hombre anárquico, caótico y amante de las sorpresas, y ha llevado estas tres características personales a lo que se considera el encuentro artístico más importante del mundo. Todo se mezcla, muchas cosas cansan y otras (menos) sorprenden. Pero puede que la presencia española, coordinada por José Guirao, sea la más ordenada de todo cuanto se ve.

Del pabellón de España se ha ocupado la historiadora del arte Estrella de Diego. En este edificio, que tiene la suerte de estar situado justo a la entrada de la Bienal, la obra de los bilbaínos Ana Laura Aláez (1964) y Javier Pérez (1968) sorprende por su equilibrio y delicadeza. Ambos artistas fueron invitados por De Diego para 'repensar Venecia'. La luz, el cristal, el agua, el esplendor y la decadencia venecianos están presentes en las instalaciones que los dos artistas han realizado para el pabellón.

La segunda exposición, Ofelias y Ulises, ha sido coordinada por Rafael Doctor. Creadores de diferentes ámbitos exponen en la Giudecca obras inspiradas en dos problemas fundamentales de nuestro tiempo: las migraciones y la introspección trágica personal.

Doctor explica que esta exposición ha sido pensada a través de la confrontación de dos mitos clásicos: Ofelia, símbolo de la manipulación social, y Ulises, el que se aventura hacia una empresa imposible. Ambos mitos se encuentran en el agua. Ofelia en un río y Ulises en el mar. El agua es para ambos una metáfora de plenitud. En esta exposición han participado, entre otros, Juan Pablo Ballester, Ricky Dávila, Álex Francés, Carmela García, Susy Gómez, Valeriano López, Rogelio López Cuenca, Alicia Martín, Enrique Marty, Pedro Mora, Juan Luis Moraza, Marina Núñez y Javier Velasco.

En la antesala de esta propuesta se ha creado un espacio para introducir al visitante en el arte español actual. Más de 3.000 libros y catálogos se apilan en un rincón para que el espectador los coja y pueda conocer de cerca, a través de la letra impresa, las últimas tendencias del arte español.

Junto a los volúmenes, cuatro grandes butacas invitan a leer bajo una lluvia de lágrimas colgantes del techo, realizadas por Javier Velasco. El suelo de esta sala es de Pedro Mora.

La noche del jueves, durante la presentación española, los secretarios de Estado de Exteriores, Miguel Ángel Cortés, y de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, hicieron uso de las tumbonas y dejaron reposar sus cuerpos mientras leían por separado.

Aunque la representación española en la Bienal depende del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cortés parece haber querido dejar claro el final de sus desavenencias públicas con Luis Alberto de Cuenca invitando a éste (que ha acudido con su esposa) a la inauguración de las exposiciones.

El secretario de Estado de Cooperación Internacional estuvo acompañado también por Rafael Pardo, director general de la Fundación BBVA, patrocinadora de las actividades españolas; por el embajador de España en Italia, José de Carvajal, y por numerosas galeristas, como Juana de Aizpuru, Carmen Gamarra, Soledad Lorenzo y Oliva Arauna.