Bruselas apoya la propuesta de Villalobos de sacar el tabaco del cálculo del IPC

La propuesta de la ministra Celia Villalobos de no contabilizar el precio del tabaco para calcular el IPC (índice de precios al consumo) armonizado ha sido bien recibida en el resto de Europa. El comisario de Sanidad y Consumo, David Byrne, fue el más entusiasta, y propuso elaborar dos listas paralelas desagregando el precio del tabaco. Los ministros de Sanidad europeos, reunidos ayer en Luxemburgo, también recibieron con agrado esta nueva herramienta para poder elevar el precio de las cajetillas sin disparar la inflación. Francia ya calcula así su IPC nacional.

David Byrne aseguró haber hablado de este asunto en varias ocasiones con el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes. La doble lista que propone Byrne aportaría una información añadida que, de momento, no tendría incidencia en los resultados económicos de los Quince. Así lo advirtió Solbes, que participaba ayer, también en Luxemburgo, en el Ecofin. 'El auténtico IPC estaría en la lista completa. La otra, sin el precio del tabaco, sería otra cosa que quizá no se ajustaría a lo que realmente consumen las familias'.

Pero la ambición de Byrne es la misma que la de Celia Villalobos: terminar sacando el tabaco del cómputo global del IPC. Sólo así podría la Unión Europea adoptar la propuesta de la Comisión Europea de marzo pasado de elevar la fiscalidad mínima del tabaco, lo que en España supondría subir el precio de la cajetilla de rubio en 72 pesetas.

'Éste es un asunto que afecta fundamentalmente a los países que mantienen precios muy bajos', advirtió el ministro sueco de Sanidad y presidente de la reunión, Lars Engqvist, que añadió: 'Muchos países comparten la opinión de la ministra española'. Byrne explicó: 'Es evidente que hay una estrecha relación entre precio y consumo, y por eso es una buena política elevar el primero'.

Irlanda fue el país más explícito a la hora de apoyar la propuesta de Celia Villalobos. Su ministro relató cómo hace unos años el IPC subió en casi un punto en su país sólo por elevar el precio del tabaco. Francia no se pronunció sobre la conveniencia de hacer ajustes en el IPC armonizado, pero su ministro, Bernard Kouchner, recordó que París no contabiliza el tabaco para calcular el IPC nacional por una razón de coherencia. A sus homólogos económicos lanzó también una pequeña andanada: el tesoro público francés recauda 60.000 millones de francos por el tabaco y sólo dedica 3.000 a la lucha contra el tabaquismo.

El ministro español de Economía, Rodrigo Rato, se desmarcó claramente de la propuesta de Villalobos. 'Esa propuesta ha salido del Consejo de Sanidad y debe resolverlo un organismo técnico como es Eurostat', advirtió.

Villalobos expuso su tesis asegurando que es una incoherencia que se incluya en la cesta de la compra un producto que es una 'droga legal que crea adicción'. Confesó ser una ex fumadora empedernida -dejó el tabaco a finales del pasado año- y haber abandonado el hábito por motivos de salud.

En Madrid, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se mostró ayer partidario de 'seguir insistiendo' en la fiscalidad del tabaco para desincentivar su consumo y en que esto no se mezcle 'con los valores económicos generales del país, como es la medición de la inflación'.

El grupo popular, sin embargo, se opuso ayer al resto de los grupos parlamentarios del Senado e impidió que la Cámara aprobara una moción para instar al Gobierno desincentivar el consumo de tabaco por medio del incremento de su fiscalidad, al considerar necesario evitar las consecuencias económicas del incremento del IPC, informa Efe.

Respecto a su proyecto de prohibir el tabaco en los lugares de trabajo, Villalobos aseguró que el plan aún no está lo suficientemente maduro como para explicar si se prohibirá en todas las empresas independientemente de su tamaño, pero sí confirmó su decisión firme de tomar una iniciativa en este sentido para 'facilitar la convivencia entre fumadores y no fumadores habilitando zonas para los primeros'.

Los ministros de Sanidad recibieron también de buen grado la nueva propuesta de la Comisión Europea para prohibir la publicidad del tabaco en prensa, radio e Internet. Bruselas ha tenido que elaborar una nueva directiva tras la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia de octubre pasado que anuló una similar por cuestiones jurídicas.

Bélgica, Holanda, España, Francia e Irlanda aplaudieron el nuevo texto, mientras que Alemania, el país que impugnó la anterior directiva, se mantuvo en silencio.