La detección de tres nuevos casos de neumonía por 'legionella' desata otra vez la inquietud en Alcoy

Medio año después de los últimos casos de la epidemia de legionella que sufrió Alcoy entre octubre de 1999 y principios de este año -en la que en tres brotes sucesivos fallecieron ocho personas a las que se diagnosticó la enfermedad y se contagiaron otras 140-, la ciudad ha vuelto a padecer una nueva acometida de la bacteria. La Generalitat valenciana admitió ayer la existencia de tres nuevos casos en los últimos 10 días -tiempo que coincide con el periodo máximo de incubación-. Se trata de tres hombres de 63, 35 y 85 años a los que se diagnosticó una neumonía por legionella los pasados 26 y 30 de mayo y 4 de junio, respectivamente. Mientras el segundo de los pacientes ha sido dado de alta, el primero evoluciona favorablemente en el hospital Virgen de los Lirios de Alcoy y el último permanece en observación. Los tres son vecinos de los barrios que concentraron el mayor número de casos durante los anteriores brotes, según fuentes sanitarias. A esta coincidencia se suma que hace justamente un año, a principios de junio, se produjo el reconocimiento oficial del segundo brote por parte de Sanidad, que se extendió del 9 de abril al 31 de julio.

Los nuevos contagios tienen lugar medio año después de que se renovaran todas las torres de refrigeración de la ciudad, hacia donde apuntaban en principio las sospechas como posibles focos. Sin embargo, ningún documento oficial hecho público -aún no se ha presentado el informe epidemiológico del último brote- ha podido determinar el origen preciso de la epidemia. Tampoco lo hizo la comisión de investigación creada en las Cortes que se dedicó a estudiar el comportamiento del Consell en la gestión de la epidemia. En las sesiones, expertos en epidemiología criticaron algunas de las medidas tomadas, entre las que destacaron la falta de dirección clara por parte de Salud Pública en los distintos brotes. De hecho, meses después, el entonces director general, Francisco Bueno, fue sustituido, a lo que contribuyó en buena medida su respuesta a los casos de legionella en Alcoy. A las voces discrepantes se unió también la Sindicatura de Greuges, que mantiene un expediente abierto por el comportamiento tanto de la Administración autonómica como la municipal, ambas del PP, frente a los casos de legionella.

La aparición de estos últimos contagios ha causado la alarma en la Consejería de Sanidad, que recibió duras críticas por su forma de combatir la epidemia pasada. El consejero del área, Serafín Castellano, se ha apresurado a convocar para hoy una reunión con el consejo de salud de la zona y una rueda de prensa en la que expondrá 'información pormenorizada' de los contagios. Muestra de la preocupación que hay en Sanidad es que a última hora de ayer el director general de Salud Pública, Manuel Escolano, y la responsable de epidemiología del departamento, Herme Vanaclocha, salieron hacia Alcoy, donde tienen previsto instalarse para seguir la evolución de los casos.

Sanidad anunció ayer a través de una nota de prensa que desde el mes de enero se mantiene activa la vigilancia epidemiológica y ambiental de la ciudad a través de repetidos análisis en las torres de refrigeración y la canalización de abastecimiento de agua corriente, en los que no se ha detectado la presencia de la bacteria.