Trueba se empapa de la melancolía de Marsé

Fernando Trueba se confiesa cercano, muy cercano, a la melancolía de Juan Marsé. Por eso su adaptación de la novela El embrujo de Shanghai, que comienza a rodar en Barcelona el próximo 11 de junio, la ha realizado desde la más absoluta fidelidad en la escritura del guión. 'Es una historia mucho más cercana a mí de lo que parece, me siento muy próximo a ella', afirma telefónicamente el cineasta, que se niega a ser clasificado como un director proclive a la comedia y el humor. 'Es verdad que la obra de Marsé destila tristeza, pero el humor no es incompatible con la melancolía. El personaje del capitán Blair tiene mucho que ver con los viejos ilustrados y anarcos que han aparecido en mi cine'.

En El embrujo de Shanghai, una producción de Lola Films, Trueba repite con actores muy cercanos, con los que él se siente especialmente a gusto. Ariadna Gil, Fernando Fernán Gómez, Rosa María Sardá, Antonio Resines o Jorge Sanz forman parte del reparto, junto a Eduard Fernández y los niños Fernando Tielve (El espinazo del diablo) y Aida Folch. Ésta última, nacida en Reus hace 14 años, ha sido encontrada después de un casting muy laborioso, que estuvo a punto de retrasar el inicio del rodaje de la película. 'Ella soporta mucho el peso de la película y ha sido muy difícil encontrarla. Aunque no ha trabajado nunca en cine, es una niña que ha hecho mucho teatro en Reus. Es muy actriz y va a sorprender', asegura Trueba, que ayer realizó con ella en Madrid unas pruebas de vestuario.

El embrujo de Shanghai, que narra las ensoñaciones de dos adolescentes en torno a la mitificación del personaje de un capitán en la posguerra española, estuvo hasta hace más de un año en manos del cineasta Victor Erice. Tras diversos problemas con la productora, fue Trueba quien se hizo cargo del proyecto. El director de Belle epoque expresa su cansancio por tener que responder de manera permanente sobre una película que no se ha llegado a realizar, la de Erice, a cuyo guión Trueba no quiso ni tener acceso.'Prefiero no hablar de Erice. Parece que estoy condenado a tener que contestar siempre sobre lo mismo. No me apetece hablar de ello. Tengo muchas ganas de rodar la historia, de que la gente la vea y nada más. Es una constatación dramática el hecho de que sea más noticia que un cineasta no haga una película que el que la haga otro. Está bien como cura de humildad', asegura el realizador.

A pesar de todo, a Trueba (www.fernando-trueba.com) se le nota, aunque sea a través del teléfono, su ilusión por rodar esta historia mezcla de realidad e imaginación de uno de sus escritores favoritos y que, además, no considera un encargo. 'Yo no hago encargos', asegura contundente.