El juez admite la quiebra de Sintel para dar paso al periodo de liquidación
Los sindicatos se reúnen hoy por tercera vez con Ciencia y Tecnología
Cuatro meses y un día después de que la plantilla de la empresa de telecomunicaciones Sintel levantara el campamento en el paseo de la Castellana de Madrid, frente a los ministerios de Economía y Ciencia y Tecnología, la empresa entra en la fase efectiva de liquidación. Sintel, desahuciada de su su sede central, con la plantilla en huelga desde el pasado verano, sin cobrar diez nóminas, entra en una fase definitiva. El auto del juez que admite la quiebra nombra a un depositario y a un comisario de la quiebra para dirigir la fase final de una compañía que entró en una caída sin retorno en 1996, cuando Telefónica la vendió al empresario cubano-estadounidense Jorge Mas Canosa.
Los representantes de CC OO y UGT acuden a la reunión de hoy con la intención de exigir a Ciencia y Tecnología que se negocien aspectos concretos para dar viabilidad a la empresa y exigirán que se implique Telefónica en una mesa que nació de la petición unánime del Parlamento del pasado 17 de abril de que buscara una salida negociada a la empresa. Fuentes de CC OO señalaban ayer que por ahora la marcha de esta mesa de negociación 'supone una burla al Parlamento' por cuanto no se ha avanzado apenas nada en las dos reuniones anteriores.
Ha sido la Administración la que ha preferido retrasar las reuniones hasta que el juzgado se pronunciara sobre la quiebra. Los sindicatos acuden expectantes ante la propuesta que puedan plantear los responsables de Ciencia y Tecnología. La exigencia de que Telefónica (dueña de la empresa hasta abril de 1996) se siente en la mesa de negociación es irrenunciable para los sindicatos. Sin embargo, el presidente de Telefónica, César Alierta, la semana pasada dijo taxativamente que no entrarían a negociar los problemas de un proveedor como es Sintel. Con esta situación y toda la plantilla incluida en expedientes de extinción de empleo, el grupo de IU en el Congreso ha pedido una comisión de investigación, que por ahora no ha progresado. Algunas empresas que se han interesado por la compañía exigían que se redujera la plantilla hasta menos de 500 trabajadores de los 1.808 que tiene ahora.
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