Dos coche bomba en Jerusalén complican la misión de paz del enviado de Bush
Las deflagraciones provocaron sólo dos heridos, pero sumieron a la ciudad en el pánico
El primer coche bomba explotó a primera hora de la madrugada en las cercanías del Campo Ruso, frente a la comisaría central de la policía y la sede de los servicios secretos del Mossad, provocando un solo herido pero generando la inquietud de las autoridades, que no llegaban a entender cómo los activistas habían podido llegar con su carga explosiva a este punto de la ciudad, considerado como uno de los mejores protegidos y vigilados de Jerusalén.
Como si los radicales palestinos trataran de reafirmarse en su mensaje, hacían explotar a las nueve de la mañana un segundo coche bomba, a poco más de cien metros de donde se encontraba el anterior, en la confluencia de la calle Jaffa con Heshin, en los alrededores de unas oficinas del Ministerio del Interior. El vehículo, que explosionó en el momento en que era movido por un coche grúa del ayuntamiento por estar mal aparcado, ocasionó dos heridos leves y destrozó totalmente una pequeña floristería, situada a escasos metros.
El terror se apoderó de los comerciantes y vecinos de esta parte de la ciudad, cuando minutos después del estallido del segundo coche bomba los artificieros de la policía empezaron a localizar en diversos puntos del corazón de Jerusalén, situados en un radio de menos de medio kilómetro, otros explosivos dispuestos para ser activados. Alguno de ellos estaban en lugares tan sorprendentes como en los altos de una terraza de un inmueble de oficinas.
La policía ha comprobado que en todos los casos las cargas explosivas estaban construidas a base de obuses de mortero, de fabricación casera, similar a los construidos en las factorías de Gaza y Cisjordania, recientemente bombardeadas por la aviación israelí.
Esta ofensiva terrorista parece estar dirigida especialmente por los grupos radicales fundamentalistas palestinos -Hamás y Yihad Islámica-, que el pasado viernes hicieron estallar dos coches cargados de explosivos en Gaza y en la localidad israelí de Hadera. A la ofensiva se ha sumado también el Frente Popular para la Liberación de Palestina, basado en Damasco.
Los dos atentados se producen poco antes de que el emisario estadounidense a Oriente Próximo, William Burns, iniciase su misión con el objetivo de promover y aplicar las recomendaciones contenidas en el informe Mitchell. Como reacción a los atentados, Israel acusó ayer nuevamente al presidente palestino, Yasir Arafat, de estar detrás de la actual oleada de violencia, y el propio Burns pidió al líder palestino que 'haga lo posible' para acabar con estos actos.
Israel recurrió ayer a una de las medidas de bloqueo decretadas anteriormente contra los territorios autónomos y cerró el paso fronterizo entre Rafah y Egipto a vehículos y personas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.