El Gobierno propone un plan de ayuda a la plantilla de Sintel pero sin reflotar la empresa

La dirección de Sintel y el comité intercentros acuden hoy con gran escepticismo y con visisones distintas a la reunión que ha convocado el Gobierno para impulsar una solución negociada a la crisis de la empresa. Los responsables de Sintel consideran que el Ministerio de Ciencia y Tecnología debería haber convocado esta reunión antes de que la empresa pidiera la quiebra el pasado lunes en el plazo previsto por la ley, ante la imposibilidad de aportar los 20.000 millones de pesetas que arrastra de déficit patrimonial. Por su parte, el comité intercentros considera que esta convocatoria es tardía y, sobre todo, que nace 'sin estar invitado el principal culpable de la situación de Sintel: Telefónica'.

Sintel se halla en suspensión de pagos desde el pasado mes de junio. El informe de los interventires judiciales estableció un pasivo de 22.080 millones de pesetas y un activo de 12.202 millones de pesetas. Es decir, el déficit patrimonial era de 9.877 millones. Sin embargo, la crisis en la que entró la empresa desde la suspensión de pagos, con una huelga indefinida, el cierre de las instalaciones y el impago de diez nóminas hasta ahora, hace que el déficit se haya elevado hasta los 20.000 millones de pesetas, según se recoge en el informe de los interventores.

El titular del juzgado de primera instancia número 42 de Madrid, Eduardo Delgado, dictó un auto el pasado día 4 de mayo calificando la insolvencia como definitiva. El pasado día 14 la empresa ante la imposibilidad de aportar los 20.000 millones del déficit patrimonial pidió la quiebra, lo que abre la liquidación de la compañía.

En la reunión de hoy tiene previsto actual como mediador el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio. Este ministerio estudia actualmente el tercer expediente de rescisión de contratos para los 960 trabajadores que no estaban afectados en los dos anteriores. El comité sostiene que la única salida para esta crisis es la creación de una mesa de negociaciación entre la Administración, Telefónica y el comité. La entrada de un socio industrial ha sido una de las ideas más barajadas. Sin embargo, la compleja situación que vive la empresa, la conflictividad laboral (con la plantilla acampada en pleno paseo de La Castellana de Madrid) ha complicado las negociaciones. Carlos Gila, titular de las acciones desde que las comprara por dos euros el pasado mes de febrero al empresario cubanoestadounidense Jorge Mas Santos, ha entablado negociaciones con Dragados, Acciona y el grupo Villar Mir sin resultados positivos. Todos ellos exigían una estructura de plantilla que no supere las 600 personas.