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Tribuna
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Un problema de Estado

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Causa cierta tristeza leer artículos como el de Manuel Seco Gordillo sobre el acuerdo de pesca con Marruecos. Es ciertamente lamentable que algunos andaluces no sean capaces de abordar los temas con un mínimo de seriedad y rigor.

Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces... Se precipita el autor a lo largo de su artículo a desacreditar al presidente de la Junta de Andalucía y al consejero de Agricultura por su actuación ante el problema de la pesca. Los llama oportunistas, impresentables, lelos, chufleteros, saineteros, demagogos, chabacanos. Todos esos epítetos gratuitos indican que nos encontramos ante un político camuflado de 'articulista de opinión'. ¿Cómo es posible plantear un debate social cuando las herramientas que se utilizan son el insulto y la descalificación? ¿Por qué tenemos que insultar a nuestras instituciones de forma sistemática para defender nuestras posiciones políticas? ¿Es necesario desacreditar y denigrar personalmente a los adversarios para defender las opiniones personales? Mal camino es éste de 'calumnia que algo queda...'. Así nos va.

Hay que ser rigurosos en la exposición y defensa de los argumentos. No podemos ningunear a los adversarios simplemente porque no piensan como nosotros, o porque se hayan atrevido a cuestionar las posiciones políticas de nuestros sacrosantos dirigentes superiores. El debate sano exige claridad y limpieza en los planteamientos.

Así, es un hecho demostrado que el Convenio de 1995 no está en el origen del problema del desacuerdo actual. ¿Hasta cuándo vamos a estar echándole las culpas a Felipe González de todo lo malo que hace el gobierno del PP? Efectivamente, en dicho acuerdo no se contemplaba la renovación del mismo, pero tampoco se contemplaba lo contrario. Si no hubiera sido así, no se habrían iniciado siquiera las negociaciones. Y ha habido más de veinte rondas. No hay que olvidar que hubo acuerdos en 1983, 1988, 1992 y 1995 durante el mandato de Felipe González. Hoy, con Aznar, la negociación está al borde de la ruptura y se puede consumar un fracaso histórico de dimensión aún no valorada.

Es otro hecho demostrado que la estrategia de negociación no ha sido marcada por el Gobierno español, que incomprensiblemente ha dejado hacer sin poner toda la carne en el asador. ¿Cómo es posible que España, la mayor potencia pesquera de Europa, no haya impuesto en la Unión Europea una estrategia negociadora diferente? La realidad es que la iniciativa de la negociación ha estado marcada por Marruecos, mientras que el señor Arias Cañete no cesaba de manifestar que se iba a llegar a un acuerdo, pero sin hacer nada para conseguirlo. No podemos contentarnos con la fácil descalificación de los personajes negociadores y cargar toda la responsabilidad sobre Marruecos y el comisario Fischler. Eso no deja de ser una justificación que esconde la negligencia del Ejecutivo del Partido Popular en este asunto.

Es también una evidencia que la negociación con Marruecos sobre la pesca podía haberse enmarcado en un escenario integral. No es lo mismo negociar exclusivamente la pesca que un paquete de medidas de importancia estratégica para Marruecos y la Unión Europea. Globalizar la negociación le hubiera venido bien a la UE. Sin embargo, nadie desde Madrid sugirió esa posibilidad.

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Por último, es otro dato incuestionable que la actitud del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, ha sido en todo momento la de un 'hombre de Estado'. Ha mantenido lealtad hacia el Gobierno del PP y los negociadores de la UE hasta que el ministro Arias Cañete decide tirar la toalla, junto con los negociadores europeos, y se cierra unilateralmente la negociación (no olvidemos que Marruecos sigue manifestando estar abierta a la negociación). Sólo entonces Manuel Chaves y Paulino Plata, como responsables de los intereses de todos los andaluces, se manifiestan públicamente exigiendo nuevos esfuerzos diplomáticos y un nuevo mandato negociador a la Unión Europea, al mismo tiempo que apuntan una serie de líneas de actuación para dar soluciones al problema. El presidente Chaves ha mostrado siempre su predisposición a negociar con Marruecos los intereses del sector pesquero andaluz.

Esto si que es una actitud responsable y seria, a diferencia de lo que está haciendo el ministro Cañete, cuyas propuestas lo único que buscan es dividir al sector para minimizar las consecuencias políticas perniciosas para su Partido.

Aquí no hay ningún provecho político, únicamente existe un ejercicio de responsabilidad propio de un hombre de Estado que es consciente de la importancia que tiene el sector de la pesca para la economía andaluza y no puede permitir por tanto que se dejen sin aprovechar todas las posibilidades para obtener soluciones adecuadas al conflicto. Todo lo demás es sólo fruto de la imaginación de Manuel Seco que pretende hacer bueno el refrán que dice: 'A quién mucho tememos, muerto le queremos...' De ahí su obsesión por descalificar a Manuel Chaves y a Paulino Plata.

Pero no nos engañemos, todo esto no es una casualidad. Es el fruto de una estrategia constante de acoso y derribo que viene practicando el PP contra el Gobierno andaluz. En dicha estrategia se encuentran, entre otros, los recientes acontecimientos que están poniendo en peligro el equilibrio de diversos sectores económicos de nuestra tierra. Me refiero en concreto a la reforma de la OCM de aceite de oliva, a los reiterados intentos de eliminación del PER, a la negativa descarada a transferir las políticas activas de empleo... Suma y sigue.

Fernando Rodríguez Villalobos es secretario de Desarrollo Rural del PSOE de Andalucía.

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