Carros de combate y excavadoras israelíes destruyen parte de un campo de refugiados palestinos
Dos muertos y 50 heridos en una operación sin precedentes desde la autonomía de 1994
Es la primera vez que tropas del Ejército de Israel llevan a cabo una operación militar de esta envergadura en una zona bajo control total palestino desde 1994. El objetivo era destruir los emplazamientos desde los que, según Israel, los palestinos disparan granadas de mortero contra los asentamientos judíos del sur de la franja de Gaza. Esta zona palestina tiene una situación autónoma desde que en julio de 1994 el Ejército israelí se retiró de los dos tercios de la franja de Gaza, un territorio conquistado a Egipto en la guerra de los Seis Días.
Incluso los comentaristas israelíes señalaron que la invasión del campo de refugiados de Yan Junes, que se ha llevado a cabo poco más de un mes después de que asumiera el poder el primer ministro de Israel, el ultranacionalista Ariel Sharon, 'fue una operación militar fuera de lo común, en la que se saltaron todas las reglas del juego y se fue mucho más allá de lo conocido hasta ahora'.
La invasión militar del campo de refugiados comenzó hacia la una de la madrugada, hora local del miércoles (una menos en la Península), aprovechando que la mayoría de sus ocupantes se encontraban durmiendo. El ataque duró más de dos horas.
Entre las viviendas derruidas está el patio de un colegio, además de dos puestos de la policía autónoma y otro de la llamada Fuerza 17, la guardia presidencial que protege a Yasir Arafat y que el Gobierno de Sharon vincula con la Intifada.
Durante la operación israelí hubo un intenso combate entre los soldados y cientos de habitantes de Yan Junes, que, armados, se enfrentaron a tiros. En la refriega, otros palestinos dispararon varias granadas de mortero contra los asentamientos judíos próximos, sin que hubiera noticias de víctimas. Miles de refugiados, asustados por los tiroteos, pasaron la noche escondidos en los senderos del campamento y en los alrededores. Dos palestinos resultaron muertos y otros 50 heridos, entre ellos dos periodistas. Uno de los muertos era un oficial de la policía de Gaza, de 25 años, y el segundo era un civil palestino de, 50.
Los enfrentamientos armados entre israelíes y palestinos han ido en aumento en los últimos días, en una cadena de ataques y contraataques que parece haber desplazado cualquier intento de diálogo. Los palestinos, con armas de fuego y granadas de mortero artesanales, y los israelíes, con artillería pesada y misiles aire-aire o tierra- tierra.
El ministro israelí de Defensa del Gobierno del halcón Sharon, el laborista Benjamín Ben Eliezer, justificó la invasión al campo de refugiados. 'La operación del Ejército en Yan Junes fue claramente defensiva', dijo. Según el ministro israelí, que, al igual que Sharon, es un general retirado, 'a Israel le interesa devolver la tranquilidad a sus ciudadanos y reanudar las conversaciones sobre seguridad [con los palestinos], pero no está dispuesto a continuar las negociaciones políticas mientras dure la violencia [Intifada]'.
Tras la invasión israelí a Yan Junes -que, según todos los indicios, constituye un cambio de política-, un asesor de Arafat advirtió a Israel del elevado precio que pagará si continúa con sus agresiones. El citado asesor, Nabil Abu Rudeina, dijo que la Autoridad Palestina, que preside Arafat, 'responsabiliza a Israel de la violencia en los territorios de Cisjordania y Gaza'. Abu Rudeina concluyó que 'o hay paz y seguridad para todos o no la hay para nadie'.
Esta operación de Yan Junes ha hecho recordar a muchos palestinos uno de los aspectos más oscuros del pasado de Sharon: los ataques a los campos de refugiados de Sabra y Chatila.
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