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Reportaje:

La chicas ya fuman más que los chicos

Los expertos vaticinan un fuerte incremento del cáncer de pulmón entre las mujeres por el aumento del tabaquismo

La última Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Consumo muestra que, mientras que el consumo de tabaco en los hombres descendió sensiblemente entre 1987 y 1997, desde el 55% al 44,8%, en las mujeres aumentó, pasando del 23% al 27,2%. 'Esto es parte de un proceso que se ha dado en otros lugares. En los países escandinavos ya hace años que fuman más las mujeres que los hombres. Los hombres comenzaron a fumar antes y comenzaron también antes a dejar de fumar masivamente. Las mujeres comenzaron más tarde y aún están incorporándose al proceso de dejar de fumar', explica el epidemiólogo Joan Ramon Villalbí, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).

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Todos los expertos consultados coinciden en la gran influencia que tienen las campañas publicitarias de las tabaqueras en el aumento del número de fumadoras. 'En cuanto las mujeres han comenzado a trabajar fuera de casa y a tener dinero propio, han pasado a ser consideradas, dentro de la estrategia de las compañías, como su población diana', afirma Villalbí.

Las campañas publicitarias han intentado crear una asociación favorable entre el tabaco y los principales valores y expectativas de una mujer independiente. 'El uso del tabaco ha sido incorporado como un elemento positivo del rol femenino, debido tanto a la influencia de la publicidad de las compañías tabaqueras como a la aceptación social del tabaco. Así, para la mujer joven el tabaco es en ocasiones un símbolo de independencia, de libertad y rebeldía, y en otros casos, incluso la hace sentirse más atractiva y sexy', explica Francisco Javier Álvarez, neumólogo de la unidad de EPOC, Tabaquismo e Infecciones Respiratorias del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.

Preocupadas por la imagen

La divulgación de estereotipos sobre la utilidad del tabaco como producto que ayuda a controlar el peso corporal, algo totalmente falso, ha llevado a muchas adolescentes preocupadas por su imagen a adoptar y mantener el hábito de fumar. 'Hay una presión hacia las mujeres por un modelo estético corporal de una esbeltez extrema. Si a una chica le dices que fumando se mantendrá delgada, probablemente acabe haciéndolo, y de nada servirán las advertencias de que el tabaco perjudica gravemente su salud', dice María Rosa Raich, del departamento de Psicología de la Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

No es cierto que comenzar a fumar permita controlar el peso, y, en cambio, sí lo es que, una vez instalado el hábito, al dejarlo se engorda unos kilos. De modo que este estereotipo funciona como una trampa, primero para que las chicas comiencen a fumar y luego para que no quieran dejarlo, pese a que les preocupe su salud.

Si a ello sumamos la influencia de los modelos sociales de comportamiento y la elevada disponibilidad del tabaco, es fácil que una adolescente caiga en la tentación de fumar. 'En el inicio del hábito es importante la imitación de modelos cercanos. Padres, hermanos y amigos fumadores son factores esenciales en la aparición de una nueva fumadora. Y también es importante el ambiente de permisividad hacia esta drogadicción y la facilidad con la que los jóvenes pueden acceder a un cigarrillo', señala Álvarez. El bajo precio de las cajetillas de tabaco y la venta de cigarrillos sueltos cerca de los institutos acaban siendo el colofón de toda una serie de elementos favorables al inicio en el tabaquismo. Por este motivo, para frenar el tabaquismo, los expertos reclaman tres medidas: un control rígido y efectivo de la publicidad, establecer una fuerte carga fiscal sobre el tabaco y limitar la accesibilidad de este producto para los adolescentes.

'Países como Francia, Noruega y Nueva Zelanda, que controlaron la publicidad hace años, han registrado descensos continuados en el número de fumadores, sobre todo entre los adolescentes', indica Villalbí. 'En España esta cuestión está muy poco controlada. La presión publicitaria es brutal. Y tampoco se ha actuado suficientemente en el ámbito fiscal. Hay que tener en cuenta que, por cada 10% que sube el precio del tabaco, baja un 4% el consumo'.

El tabaco causa la muerte de tres millones de personas al año, según la Organización Mundial de la Salud. 'Teniendo en cuenta las tendencias actuales, se puede afirmar que habrá una incidencia muy notable de cáncer de pulmón en las mujeres, habrá un importante aumento de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), de enfermedades cardiovasculares y de neoplasias como cáncer de laringe, esófago, vejiga, páncreas, estómago y cérvix, entre otros', afirma Francisco Javier Álvarez. Así las cosas, aunque el número de fumadores masculinos desciende, el aumento que se produce entre las mujeres va a impedir que descienda el número de muertes anuales causadas por el tabaco en España, unas 46.000 al año, e incluso puede hacerlas aumentar.

Sin embargo, Josep María Borrás, director del Instituto Catalán de Oncología, cree que la incidencia del cáncer de pulmón entre las mujeres no llegará a los niveles alcanzados por la población masculina, ya que 'las mujeres han empezado a fumar más tarde, cuando ya hay también una presión sanitaria para dejar de fumar, y suelen consumir menos cigarrillos que los hombres'.

No obstante, es muy probable que los casos de cáncer de pulmón en las mujeres superen a los de mama, como ya ocurre en EE UU, donde cada año el número de mujeres fallecidas por neoplasia de pulmón supera en 27.000 a las que mueren por cáncer de pecho. En España los datos más recientes muestran todavía una diferencia abismal en la incidencia del cáncer de pulmón y bronquios entre hombres y mujeres. Según el Instituto Catalán de Oncología, en 1996 el número de casos de este tipo de neoplasias en España era de 1.400 entre las mujeres, frente a 15.500 entre los hombres.

Más vulnerables

Aparte de estas enfermedades, en las que la adicción al tabaco afecta por igual a hombres y mujeres, hay aspectos en los que la población femenina resulta más vulnerable. Un estudio que acaba de publicar la revista Journal of Epidemiology and Comunity Health, demuestra que entre las mujeres asmáticas hay mayor proporción de fumadoras que entre los hombres que padecen la misma dolencia, lo cual corrobora que el tabaco puede tener más efectos negativos en las mujeres que en los hombres. En este caso, la explicación sería que, al tener los conductos respiratorios más pequeños, resultarían relativamente más dañados por la misma dosis de sustancias tóxicas.

'El consumo de tabaco también aparece asociado a la menopausia precoz y a la osteoporosis. Las mujeres que toman anticonceptivos orales presentan además un mayor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular si son fumadoras', explica Elisardo Becoña, miembro de la unidad de tabaquismo de la Universidad de Santiago de Compostela.

Pero hay algo más que muchas mujeres tampoco saben: 'Si la publicidad le dice a la mujer que fume para mantener la línea y resultar atractiva, y eso le empuja a hacerlo, hemos de decirle también que el consumo de tabaco provoca la aparición prematura de arrugas faciales, deterioro de la piel, mal aliento y una tinción amarillenta de los dedos y los dientes. Tal vez eso no consiga reducir el número de fumadoras, pero pondrá la verdad en su sitio', concluye Maria Rosa Raich.

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