Jorge Maronna, de Les Luthiers, y Luis Pescetti publican una novela sobre plagios

Jorge Maronna, componente del grupo humorístico argentino Les Luthiers, y el actor y escritor Luis María Pescetti, presentaron ayer en Madrid su novela Copyright. La corrupción política y los plagios literarios centran esta novela -'que empezó como una broma'- escrita a dos manos, a pesar de que los autores viven uno en Argentina (Maronna) y el otro en México (Pescetti).

Copyright comienza cuando el protagonista de la novela, Lucas Modim de Bastos, entra en una librería y conoce a una mujer que siente especial debilidad por los escritores. Lucas, que se enamora al instante de ella, se verá obligado a escribir una novela para seducirla, con el inconveniente de que no sabe escribir. Por este motivo, se dedicará a plagiar las obras de la literatura universal que una amiga le facilita. El resultado que Lucas obtiene es una novela que comienza así: 'En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buen-día había de recordar aquella tarde en que, al despertar de un sueño agitado, Gregorio Samsa se encontró en su cama transformado en horrible insecto'.

El libro, a pesar de la evidencia de sus plagios ganará un concurso amañado. ('En Argentina ocurrió algo parecido hace algunos años, con un cuento que era igual al de un famosísimo autor. El jurado, no se enteró', dicen los autores). 'Y, por otra parte, el marido de Michelle, la mujer de la que el protagonista de la novela queda prendado, es un poderoso traficante de armas en cuyos sucios negocios está involucrado el presidente del Gobierno', continúan los autores.

La novela fue presentada ayer en Casa de América de Madrid por el cineasta José Luis Cuerda, que destacó el humor -'a veces hilarante', asegura Cuerda- que recorre el libro. 'Primero pensamos en una comedia musical, pero luego nos pareció buena idea hacer una novela', explicó Maronna. A pesar de que los autores escribieron Copyyright antes de que se descubriesen los sonados escándalos que se han dado últimamente en España, ambos coincidieron en que plagiar hoy no se ve como algo realmente malo, porque se ha perdido totalmente el sentido del ridículo.