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El arzobispo censura a los diputados que votaron la ley de parejas

El arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, lamentó ayer en un comunicado que 'no haya habido una sola voz de político que reflejara los posibles peligros con respecto a la familia' de la Ley de Uniones de Hecho aprobada el pasado miércoles por las Cortes Valencianas a propuesta del PP. García-Gasco señaló que 'no es admisible esa separación tan radical entre fe y política, de la que algunos han hecho muestra y, mucho menos aún, presentarse como católico y enfrentarse o ridiculizar la doctrina de la Iglesia', así como tampoco 'se puede decir ni como persona ni como católico que el voto político esté por encima de la propia conciencia'. Para el arzobispo, 'todas esas subordinaciones de la propia fe a los dictados políticos desmerecen el don de la fe y manifiestan falta de coherencia', en clara referencia a los diputados que votaron la ley. Por otra parte, el impulsor de ley, el consejero de Bienestar Social, Rafael Blasco, aseguró que la actitud contraria a la ley del PSPV ha dado al PP dos puntos más en intención de voto.

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'Estamos ante una ley de reconocimiento de una realidad y que era necesario elevarla al rango social'. Así justificó ayer Rafael Blasco esta nueva norma aprobada por la mayoría absoluta del PP y que otorga a las parejas de hecho, que acreditan una convivencia mínima de un año, los mismos derechos que al resto de los matrimonios en lo referente a las relaciones con la Administración: acceso a vivienda de protección oficial, becas para hijos, ingreso en centros públicos o concertados, solicitud de permisos en caso de fallecimiento o enfermedad... Para el consejero de Bienestar Social, que ha sido el impulsor de esta ley pionera en España, 'los valencianos son libres de optar por la fórmula convivencial que estimen oportuna y era absolutamente injusto que estuvieran discriminados respecto a otras formas de unión ante la Administración'.

Blasco arremetió contra el PSPV y 'el conservadurismo rancio que todavía pervive de una forma marginal en la sociedad' por su oposición 'al reequilibrio de estas discriminaciones'. Según el consejero de Bienestar Social, la actitud del PSPV votando en contra de esta ley 'le ha dado al PP cerca de dos puntos más en intención de voto, es decir una ayuda impagable que nunca se agradecerá bastante'. Para Blasco, el PSPV ha cosechado con su actitud uno de los fracasos 'más estrepitosos de los últimos tiempos' porque 'más del 80% de su electorado está a favor de la ley'. 'Si el PSPV se hubiese abstenido en la votación final, un sector potencial votante suyo hubiese entendido esta actitud, pero no lo han hecho porque tienen una división interna muy fuerte, y todo lo juegan en clave interna', agregó. 'Utilizar el argumento de que la ley se queda corta, cuando el PSOE ha sido incapaz de aprobar una ley similar en ningún sitio donde gobierna, es algo que les llena de ridículo', aseveró este ex socialista, y añadió: 'Sinceramente, el PSOE no se merece esto'.

Asimismo, subrayó el hecho de que el PSPV se haya alineado 'con lo más retrógrado de la sociedad valenciana' le ha permitido al PP ocupar más nítidamente el centro político y sociológico.

Respecto al alboroto mediático que acompaña a esta ley, el consejero rechazó de pleno que se trate de 'una polémica' y aseguró que en todo caso 'se ha abierto un debate social importante que además es bueno continuarlo, porque se está hablando de tolerancia, de solidaridad, de pluralismo, de libertad, de respeto a los derechos constitucionales y de democracia en la acepción más noble de la palabra'.

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En relación a la Iglesia, que también ha mantenido una actitud de oposición a esta ley, incluso el obispo de Castellón, José Antonio Reig, pidió a los diputados católicos el voto en contra, Blasco manifestó que 'ha estado en su papel'. 'Incluso el arzobispo ha destacado que estamos ante una polémica falsa y ficticia'. El consejero calificó no sólo de prudentes sino de respetables las observaciones del arzobisbo Agustín García-Gasco en la última etapa en la que ha intervenido. 'Otra cosa es el protagonismo que algún sector de la Iglesia o alguna institución preconciliar ha jugado mezclando conceptos como matrimonio, familia, uniones de hecho... sin rigor alguno', matizó. Igualmente, afirmó que algunos han hecho un flaco favor a la Iglesia como institución, 'porque una cosa es expresar preocupación por la grey cristiana y otra es tratar a la grey como borregos'.

Sin embargo, el arzobispo lamentó ayer que 'no haya habido una sola voz de político que reflejara los posibles peligros con respecto a la familia' de la ley. García-Gasco señaló que 'han sido las propias asociaciones y movimientos familiares las que, alarmadas, han tenido que hacer oír su voz'.

A su juicio, no es admisible esa separación tan radical entre fe y política, 'de la que algunos han hecho muestra y, mucho menos aún, presentarse como católico y enfrentarse o ridiculizar la doctrina de la Iglesia', así como tampoco 'se puede decir ni como persona ni como católico que el voto político esté por encima de la propia conciencia', en clara referencia a los diputados cristianos que votaron la ley. Para el arzobispo, las 'subordinaciones de la propia fe a los dictados políticos desmerecen el don de la fe', y aseguró que la aprobación de la ley 'ha supuesto un elemento de confusión con respecto a la comprensión del matrimonio y de la familia'.

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