Pocos avances en la cumbre de Estocolmo
Francia y Alemania impiden que se fije una fecha para abrir el mercado eléctrico en la Unión Europea
'Podemos presionar, pero no se puede obligar a los países a aceptar asuntos que consideran de interés nacional'. La frase con la que ayer cerró la cumbre europea el presidente de turno de la Unión, Goran Persson, simboliza lo ocurrido en Estocolmo. Los Quince han logrado objetivos importantes, como acelerar la integración de los mercados financieros o la liberalización postal, pero los intereses nacionales han impedido avances significativos en temas como la apertura del mercado del gas y la electricidad, la gestión unificada del espacio aéreo o la patente única europea.
'Hemos dado un paso adelante, pero nos hubiera gustado ir más lejos', resumió también al término de la reunión José María Aznar. El presidente del Gobierno español ha sido uno de los defensores del interés nacional frente al comunitario, y lo ha hecho enfrentándose al Reino Unido de su amigo Tony Blair y al principal socio de España, la Francia de Jacques Chirac y Lionel Jospin.
El contencioso hispano-francés por la liberalización de la energía enturbió y atrasó el final de la cumbre. París consiguió que las conclusiones del Consejo no mencionaran fechas para abrir los mercados, a la vez que subrayan la necesidad de que el proceso se haga 'teniendo en cuenta la exigencia de satisfacer las necesidades de los usuarios y la necesidad de transparencia en el mercado mediante instrumentos reguladores adecuados'.
Apertura 'lo antes posible'
Madrid, que quiere que sea en 2003, obtuvo el vago compromiso de que la apertura se haga 'lo antes posible', lo que técnicamente permitiría que la Comisión Europea presente ante el Consejo de Ministros su propuesta de que los mercados del gas y la electricidad queden liberalizados al 100% en 2005. Pero Francia tuvo el apoyo público del canciller Gerhard Schröder, lo que deja en vía muerta la posibilidad de que se apruebe esa normativa con la oposición francesa antes de las presidenciales de 2002.
Las conclusiones sí mencionan que la Comisión 'asegurará que las empresas que se benefician de una situación de monopolio en su mercado nacional no se van a aprovechar indebidamente de esa situación'. Es la cauta respuesta del Consejo Europeo a las amenazas planteadas por Aznar de impedir a la eléctrica francesa EDF tomar posiciones en el mercado español hasta que las españolas no puedan hacer lo propio en el mercado francés. 'Sería bastante absurdo que una empresa pública que, además, es un monopolio viniese a aprovecharse de los mercados liberalizados de otro país, mientras las empresas de este país no pueden entrar en el suyo porque los mercados están cerrados y son un monopolio', razonó el jefe del Gobierno español en rueda de prensa.
Las conversaciones entre Aznar y Blair el viernes por la noche no desbloquearon el proyecto de centralizar el uso y control del espacio aéreo europeo. El Consejo Europeo se limitó a 'reafirmar' su intención de aprobar el proyecto de Cielo Único y 'espera hacer progresos importantes antes del Consejo Europeo de Gotemburgo, en junio'. 'Habrá acuerdo después de las elecciones británicas [previstas para mayo]', vaticinó Aznar.
Tampoco se desbloqueó el contencioso sobre la patente única comunitaria y se dio impulso político, pero no financiero, al programa Galileo para crear una red europea de satélites que rompa el monopolio estadounidense.
Estos tropiezos han diluido el resto de acuerdos, más cercanos a la retórica que a hechos concretos, con excepciones como el lanzamiento de un sistema legislativo de vía rápida para integrar los mercados financieros o la decisión de que para 2003 las ayudas públicas que otorgan los Estados empiecen a disminuir en relación al PIB. Desde julio habrá un registro en Internet y un cuadro de indicadores sobre esas ayudas.
En el catálogo de buenas intenciones destaca el llamamiento a 'conciliar la vida laboral y privada' y el acuerdo de 'establecer para 2005 unos objetivos intermedios para las tasas de empleo en toda la Unión del 67% en general y del 57% para las mujeres', para alcanzar en 10 años el 70% general y el 60% para las mujeres. También se fija el objetivo de aumentar la tasa de empleo de hombres y mujeres de entre 55 y 64 años hasta el 50% para 2010. Hubo otros compromisos de futuro, como liberalizar los servicios postales este año o celebrar un debate exhaustivo sobre asilo e inmigración en diciembre en la cumbre de Laeken (Bruselas).
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