El PP se lava las manos en la crisis de la Sindicatura y deja sola a CiU
De Vehí sólo precisa el voto del Partido Popular para dirigir el organismo
La Sindicatura de Cuentas, el organismo que fiscaliza las cuentas de la Generalitat y del sector público en Cataluña, tiene siete síndicos: tres de CiU, dos del PSC, uno del PP y uno de ERC. El nombramiento de síndico mayor necesita al menos cuatro votos, por lo que a la candidata de CiU le bastaría con obtener el respaldo del síndico designado por el PP para acceder al cargo.
Pero fuentes de este partido afirman que no harán nada para que la balanza se incline a favor de la candidata de CiU. 'La crisis no la hemos causado nosotros, sino la marcha de uno de los síndicos designados por CiU '.
La reunión fijada en un principio para nombrar hoy al síndico mayor ha quedado pospuesta hasta el próximo jueves, informaron las fuentes consultadas. El aplazamiento se ha decidido debido a los compromisos de algunos de los miembros de la Sindicatura y no a la necesidad de ganar tiempo.
El PP insiste en que el alargamiento del plazo para volver a votar no le hará cambiar de opinión y afirma que si el síndico de su grupo Manuel Barrado acaba dando su apoyo a De Vehí será por una cuestión personal. Hasta la fecha, éste ha optado por abstenerse. Barrado es un hombre bien conectado en medios empresariales, en particular con el presidente de Fomento del Trabajo, Juan Rosell, y accedió al cargo con el respaldo del aparato central del PP.
En medios de la Sindicatura de Cuentas causa sorpresa que el PP se desmarque de la crisis del organismo, sobre todo teniendo en cuenta que De Vehí ya ha logrado el voto de los otros dos síndicos de su grupo, Francesc Xavier Vela y Marià Nicolás, ambos presionados por la coalición para respaldar a De Vehí.
El otro síndico que podría decidir con su voto el nombramiento de De Vehí, Jacint Ros Hombravella, propuesto a instancias de ERC, se ha inclinado hasta la fecha por dar su voto al candidato del PSC, Josep Maria Carreras. Igual que la candidata de CiU, éste tiene tres votos, el de Jordi Petit, el de Ros Hombravella y el propio.
La crisis de la Sindicatura de Cuentas es la más grave desde su creación, en 1984. Hasta la fecha, todos los síndicos mayores habían sido nombrado con el respaldo de todos sus miembros.
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