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Amposta y Tortosa reciben a Pujol con agrias manifestaciones de protesta

El presidente vincula el voto al PHN con la financiación - P 'La reunión ha sido como la que tuvimos con Mas, pero sin arrogancia', dicen las plataformas

Pujol expuso su mensaje ante la problemática de las comarcas del Ebro en tres ocasiones. Primero se lo dijo a los seis representantes de la Plataforma de Defensa del Ebro, durante una reunión de más de media hora; después lo amplió en un discurso de seis páginas pronunciado en la Cámara de Comercio de Tortosa -precisó que lo había escrito personalmente-, y finalmente en conferencia de prensa.

Pujol explicó la estrategia que seguirá el Gobierno catalán ante la tramitación del Plan Hidrológico Nacional (PHN) en el Congreso. 'El lunes finaliza el plazo para presentar propuestas alternativas al PHN, y no presentaremos ninguna enmienda a la totalidad a pesar de que lo habíamos pensado. Sí presentaremos enmiendas parciales', señaló.

Jordi Gilabert, portavoz de la Plataforma, resumió los contenidos de la entrevista con Pujol en estos términos: 'Ha ido igual que con Mas , pero sin tanta arrogancia. Pujol tenía una actitud más cordial y humilde. Ha cargado contra el PP, ha dicho que como mucho se abstendrán [CiU] en el Congreso, y se ha comprometido a hacer lo que pueda en Europa. Pero lo más sorprendente es que ha admitido que la financiación autonómica está en juego y que el trasvase puede ser la moneda de cambio'.Pujol se comprometió a que se celebre una reunión entre técnicos de la Agencia Catalana del Agua (ACA) y otros propuestos por las plataformas, para mantener un debate con el objetivo de recoger nuevos argumentos que puedan ser incorporados como propios por el Gobierno catalán si éste los cree convincentes. Lo que no quiso hacer Pujol es comprometer el sentido del voto del grupo parlamentario catalán en el Congreso ante el PHN: 'La actitud política que mantengamos en ese momento no sabemos cuál será', subrayó.

Sí se comprometió a acudir a Bruselas 'para examinar y explorar, en un extenso contacto con el presidente y algunos comisarios, las perspectivas que puedan existir de que se pueda hacer algo', dijo Pujol. Un viaje a Europa tras los pasos del presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, pero con un espíritu más escéptico.

En diversos momentos de su discurso, Pujol se mostró contrariado por la posición del Gobierno central, especialmente en lo referente a la negativa del PP a incluir el trasvase del Ródano en el PHN.

Pujol vinculó la posición de CiU respecto al PHN con las negociaciones de la financiación autonómica. 'Ya hemos puesto en peligro la continuidad y estabilidad del Gobierno de Cataluña por negarnos a dar el apoyo al plan del Gobierno central. Y según cómo, incluso pondremos en peligro más cosas importantes para el conjunto de Cataluña', añadió, refiriéndose a las negociaciones sobre financiación.

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Los principales portavoces de la Plataforma admitieron que el ambiente que se vivió fue muy tenso y que en algún momento pensaron que se les podía escapar de las manos el control de los manifestantes, especialmente cuando un grupo de jóvenes forcejeó con los Mossos d'Esquadra. Mientras Pujol estaba en la Cámara de Comercio de Tortosa, un agente tuvo que retirarse porque le habían lanzado sal a los ojos. El incidente no fue a más porque rápidamente todo el mundo coincidió en pedir calma.

La protesta se inició en Amposta cuando 400 personas se manifestaron ante Pujol, que acudía a visitar el instituto de enseñanza. Los manifestantes le mostraron una tarjeta roja y le gritaron: 'Somos Cataluña; no al trasvase'. Una treintena de cargos de CiU, con el alcalde y parlamentario Joan Maria Roig al frente, le recibieron con una pancarta donde se leía: 'Gracias, presidente'.

Los manifestantes se dirigieron más tarde a Tortosa, donde coincidieron con un millar de personas. La llegada de políticos significados de CDC (Imma Juan, miembro de la ejecutiva nacionalista, y Francesc Sancho, alcalde de L'Ampolla) fue recibida con gritos de 'fuera, fuera'. Cuando llegó Pujol, su rostro mostraba claramente la preocupación. Tuvo que dirigirse hacia la Cámara de Comercio, donde esperaba el consejero Antoni Subirà, entre manifestantes que le increpaban con rabia en un ambiente de alta tensión.

En ese momento, los mossos llamaron a más efectivos y agentes de paisano formaron un denso cordón policial. Finalmente, la multitud obedeció a los organizadores y se desplazó hasta la plaza del Ayuntamiento, donde representantes de las plataformas explicaron los resultados de la entrevista con Pujol. Finalizaba así la etapa de presión. A partir de ahora, los consejeros ya no serán recibidos con sal, aunque no se descarta otra gran manifestación en Deltebre para protestar contra los dirigentes de las comunidades de regantes del delta, partidarios de negociar compensaciones con el Ministerio de Medio Ambiente y el apoyo del Gobierno catalán.

Los dirigentes convergentes de Montsià habían preparado al presidente otro acto por la tarde en Masdenverge para visitar el puente inaugurado recientemente por el consejero Pere Macias, también abucheado. Pensaban que en esta ocasión no se produciría ninguna protesta y que sería una celebración festiva. Nada de eso: un grupo de jóvenes del municipio se manifestó en silencio con pancartas contra el trasvase.

El conseller en cap, Artur Mas, reconoció ayer que el debate que él mismo promovió referido al modelo de crecimiento económico que se pretende para las tierras del Ebro, 'no ha tomado el ritmo necesario'. Según el consejero, esto es debido a la gran cantidad de manifestaciones 'y ruidos' de los últimos tiempos.

José Montilla, primer secretarios del PSC, criticó la visita del presidente Jordi Pujol a Amposta y a Tortosa porque, a su juicio, 'llega tarde y nunca se sabe si el presidente va a escuchar al territorio o bien a hablar y dar consejos'. Montilla explicó que Pujol se había visto arrastrado por las circunstancias, 'que él mismo ha provocado', en las tierras del Ebro.

Jordi Pujol, en un momento de su visita de ayer a la comarca del Baix Ebre.
Jordi Pujol, en un momento de su visita de ayer a la comarca del Baix Ebre.EL PAÍS

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