Militantes del PNV abuchean al PP en una manifestación unitaria
60.000 personas acuden a la marcha, que se transformó en un acto de apoyo a Ibarretxe
Fue multitudinaria. Las proximidades de la iglesia de Jesús de Nazaret, en Portugalete, localidad natal de Iñaki Totorika, el ertzaina asesinado por ETA el viernes, estaban abarrotadas desde una hora antes de que comenzara el funeral. Todos los partidos habían hecho un esfuerzo especial para ponerse de acuerdo y que la última acción de los terroristas al menos tuviera una respuesta social contundente y unida. Tanto el PNV como el PSE movilizaron a sus bases y el resto de los partidos invitó a sus simpatizantes a un acto respetuoso con la familia del ertzaina asesinado y con todo el cuerpo policial al que pertenecía.
Sin embargo algo no salió bien. Los primeros síntomas de división llegaron cuando accedieron a la iglesia los cargos públicos vascos y del Gobierno central del PP. Los silbidos y las palmas se mezclaron a partes iguales en ese momento.
El inicio del funeral devolvió la tranquilidad a la calle. El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, explicó en su homilía que 'es ofuscación de la mente, endurecimiento del corazón y perversión de la conciencia moral buscar justificaciones a los asesinatos'.
En un acto privado -el funeral, de cuerpo presente, se celebró a las seis de la tarde- Blázquez se dirigió a la familia y amigos para solidarizarse con su dolor, y en ese momento dramático del último adiós tuvo unas palabras destinadas a evitar el odio, el rencor, y el peligro de que el asesinato de Iñaki Totorika aumente la división de la sociedad vasca. 'No consintamos que se fracture la sociedad y se haga difícil la convivencia; busquemos todos el bien común de la sociedad'.
La manifestación discurrió por el laberinto de calles de Portugalete hasta el Ayuntamiento de forma silenciosa. Pero allí, antes del minuto de silencio y después, muchos de los asistentes comenzaron a dar gritos de apoyo al lehendakari. Tal y como ya sucedió tras el asesinato del portavoz socialista Fernando Buesa, el PNV no supo contener a sus bases. Muchas de las personas que habían previsto acudir este sábado a la manifestación convocada por Ibarretxe en favor del diálogo, se trasladaron a Portugalete y no respetaron el silencio pactado por los partidos en el Ayuntamiento de la localidad vizcaína. Los gritos en favor del lehendakari degeneraron, a medida que pasaba el tiempo, en insultos a los cargos políticos del PP del País Vasco y al ministro del Interior, Mariano Rajoy, cuando abandonaron la Casa Consistorial.
El minuto de silencio que tenía que haber resonado unánime contra ETA, acabó ensombrecido por los insultos y los gritos contra los representantes populares. Algunos militantes del PNV ni siquisiera gritaron contra ETA, sólo contra el PP. Tanto el presidente de este partido, Carlos Iturgaiz, como la eurodiputada del PSE, Rosa Díez, denunciaron la 'instrumentalización' que el PNV había hecho del acto. 'Es bochornoso y deleznable que esta gente no respete ni la muerte, y esta gente es la que nos gobierna', dijo Díez.
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