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Rusia limita la importación de carne y ganado españoles

Rusia incluyó ayer a España en su lista negra de países susceptibles de propagar la enfermedad de las vacas locas y prohibió la importación de diversos productos cárnicos españoles, así como de ganado bovino de reproducción, esperma y embriones.

La decisión, más política que técnica, parece destinada a tranquilizar a la población y dar la sensación de que se toman medidas para conjurar una amenaza que, al menos oficialmente, todavía no se ha manifestado en el país más grande del planeta. La práctica totalidad de los productos prohibidos ayer dejaron de exportarse a Rusia hace meses, algunos de ellos desde el verano del 2000, y antes de que la Unión Europea obligara a ello.

Según Agustín Piedrabuena, consejero de Agricultura de la Embajada de España en Moscú, las consecuencias prácticas de la medida adoptada ayer por las autoridades veterinarias rusas serán mínimas. Sigue permitiéndose la importación de carne de vacuno de animales menores de 30 meses y la de aquellos de mayor edad en los que se haya efectuado con resultado negativo un análisis completo de EEB, práctica ya rutinaria en España.

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Elementos prohibidos

La orden detalla los productos prohibidos desde ayer: carne y subproductos de ganado ovino; subproductos y desechos bovinos; ganado bovino de reproducción, esperma y embriones; proteínas transformadas de rumiantes, incluidos los derivados de sangre y gelatinas; y harinas de carne y de huesos de rumiantes para uso en ganadería y en la industria alimentaria.

España exporta fundamentalmente a Rusia carne de porcino y vacuno, unas 700 toneladas mensuales de esta última. La limitación ahora impuesta no afecta a ninguna de ellas. En cuanto al ovino, que sí se prohíbe, nunca se ha exportado en cantidades significativas ya que los hábitos de consumo en Rusia no aceptan el cordero lechal o recental que se cría en España, sino el de peso y edad muy superiores.

Según Piedrabuena, los frecuentes contactos mantenidos desde que estalló la crisis con los servicios veterinarios rusos, permiten que estén informados al detalle de la situación en España, incluida la destrucción de los materiales específicos de riesgo -como huesos, ojos, sesos, intestinos y médula- y el dato no alarmante de que sólo uno de cada 1.200 animales analizados da positivo en la prueba de la EEB.

La situación real de Rusia en cuanto a la enfermedad de las vacas locas es una incógnita o, más bien, una bomba de efecto retardado. Muchos expertos consideran que hay una sola razón para que aún no se haya detectado ningún caso: la falta de medios técnicos y económicos para realizar los análisis.

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