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UNIVERSIDAD

Las 20 titulaciones de la UNED en sus tres centros de Euskadi atraen a 6.000 alumnos

Representantes de la universidad a distancia reclaman un mayor reconocimiento social

Fue el 31 de enero de 1975, hace ya 26 años, cuando el primer centro asociado de la UNED en el País Vasco, ubicado en Vitoria, comenzó su labor educativa. Un año después, Bergara tomó el testigo en Guipúzcoa y en 1990 Vizcaya pasó a contar también con una delegación de la institución de enseñanza superior a distancia, en este caso en Portugalete.

En el periodo de tiempo que media desde mediados de los años 70 hasta el presente, la UNED ha asentado su presencia en el País Vasco. Este curso, 6.080 alumnos se han matriculado en alguna de las 20 titulaciones ofertadas -18 licenciaturas, desde Matemáticas hasta Filosofía, y dos diplomaturas-, amén del curso de acceso a la Universidad para mayores de 25 años. 'Las titulaciones son como las de las demás universidades. Han pasado por el Consejo de Universidades y son oficiales', resalta el responsable del centro vizcaíno, Fernando Castañeda.

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Pese a que su sistema educativo se basa en que sea el estudiante quien divida su tiempo y su esfuerzo para preparar las asignaturas a través de las unidades didácticas y una bibliografía orientativa que se le entrega, los centros del País Vasco disponen de más de 260 profesores tutores a los que los alumnos pueden consultar sus dudas y solicitar ayuda académica. 'Los profesores y los centros asociados consiguen que se obvie la escasa comunicación inherente a la enseñanza a distancia, paliando en lo posible la soledad y el desánimo de los alumnos ante el estudio', señala Alberto Martínez de Aragón, director de la UNED en Vitoria.

Aunque la enseñanza sí es a distancia, la evaluación no. Los exámenes se realizan en todos los centros del país y tienen lugar el mismo día y a la misma hora para garantizar la uniformidad de las pruebas.

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Modelo de difusión

Pese a que el funcionamiento de este modelo de enseñanza superior ha progresado de manera espectacular, su número de alumnos es notable y tiene un prometedor porvenir con su vinculación con las nuevas tecnologías, la UNED permanece en el anonimato social. Así lo cree el director del centro de Bergara, Juanjo Álvarez. 'Creo que la UNED sigue siendo una gran desconocida entre una capa importante de población, que carece de información suficiente sobre la calidad de nuestra enseñanza y las facilidades que se ofrecen desde los centros para afrontar el reto que supone esta universidad', lamenta.

En este sentido, insiste en la relevancia de un mayor reconocimiento social, habida cuenta del papel que puede jugar la educación no presencial en el futuro. 'Es preciso seguir difundiendo nuestro modelo, que encaja cada día mejor en la estructura horaria de nuestros hábitos de vida y que combina la presencialidad con las nuevas tecnologías', subraya.

Pese a que sus juicios son coincidentes con los de su homólogo de Guipúzcoa, los directores de los centros alavés y vizcaíno consideran que la ignorancia sobre la UNED disminuye día a día. 'Cada curso que pasa es menor. Además, la mejor publicidad la suelen hacer sus propios usuarios', apuntan.

Ni segunda opción, ni último recurso, ni sencilla

La UNED siempre ha estado a la sombra de la universidad presencial. A los ojos de quienes saben de su existencia, que hasta ahora no han sido demasiados, la institución de enseñanza a distancia ha aparecido como una segunda opción, como el último recurso si se desea obtener una formación superior en la que, además, resulta más sencilla la obtención de un título. Los directores de los tres centros de la UNED en el País Vasco, aunque admiten que esa sensación existe, rechazan que todas estas apreciaciones tengan un viso de realidad. El más contundente es Fernando Castañeda, responsable de la delegación en Vizcaya. 'Niego la mayor. Estos son unos tópicos que no se ajustan a la realidad', asevera. El director del centro de Bergara, Juanjo Álvarez, es también muy claro en su respuesta. 'La dificultad académica es superior en muchos casos a la de la misma carrera en la universidad presencial', recalca. El propio Álvarez razona esta afirmación. 'El rigor de los materiales y el hecho de que todo el programa entre de manera íntegra añade un factor de dificultad adicional. Los centros, eso sí, tratamos de tutorizar al mayor número de asignaturas para facilitar la tarea al alumno', argumenta. A su juicio, la diferencia con el sistema de enseñanza tradicional no sólo no resulta negativa, sino que favorece el rendimiento del estudiante. 'Tal vez se está superando la cierta imagen peyorativa de la UNED como una universidad que no se parece a las otras; precisamente esa singularidad no es demérito sino ejemplo de flexibilidad y de rigor en los estudios. Basta comprobar, por ejemplo, ciertos anuncios de diarios de información o de prensa económica solicitando licenciados de la UNED en Empresariales, debido a la disciplina y autonomía que como estudiante supone afrontar este reto', indica. Por su parte, el director del centro asociado de la UNED en Vitoria, Alberto Martínez de Aragón, expresa su convicción de que la falta de una buena información es la que ha podido hacer que aún hoy se mantengan los tópicos sobre la enseñanza a distancia. 'Las personas que creen que la UNED es una opción de segunda no están suficientemente bien informadas. Si lo estuvieran, podrían saber que hoy en día las propias universidades presenciales son las primeras en adaptar su estructura docente a la estructura, en su día innovadora, de la UNED', defiende Martínez de Aragón.

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