Invertir en biotecnología hoy
El impacto del anuncio del descubrimiento completo del genoma humano, más que un nuevo El Dorado inversor de generación espontánea es un paso más -importante pero no el único- en el desarrollo de la industria biotecnológica. Este proceso empezó hace más de 25 años y sus efectos más cotidianos y palpables aún tardarán varios años en percibirse de forma extendida.
La industria biotecnológica comprende hoy más de 2.400 compañías en todo el mundo radicadas principalmente en EE UU y con presencia relevante en el Reino Unido y Alemania. De estas entidades, tan sólo unas 400 cotizan en los mercados bursátiles con valor de mercado superior a los 60 billones de pesetas, cuatro veces más que hace tres años y aproximadamente el doble del patrimonio total del mercado español de fondos de inversión a finales de 2000. Un ejemplo de la pujanza del sector desde el punto de vista inversor es que durante los últimos cinco años el índice bursátil de referencia Amex Biotechnology ha multiplicado su valor por seis. Estamos, pues, ante una industria joven, pero digna de consideración por su evolución reciente, valor actual y, particularmente, por las importantísimas perspectivas futuras.
Conviene recordar que la industria de la biotecnología comprende todo lo relacionado con el uso de proteínas y pequeñas moléculas naturales para el diagnóstico, tratamiento de síntomas e incluso curación de enfermedades. Por tanto, no se limita exclusivamente a la enumeración del genoma, sino que abarca toda una serie de subsectores auxiliares que posibilitan que el genoma haya podido ser descubierto, descifrado e interpretado.
A partir de los descubrimientos iniciales de la genómica, ya se han producido importantes avances en el campo de los diagnósticos y tratamientos de ciertos tipos de cáncer, algunas enfermedades cardiovasculares, enfermedades genéticas como la hemofilia y la fibrosis cística y enfermedades virales como el sida y la hepatitis.
Gracias a los trabajos descritos y a la conclusión de la enumeración del genoma humano, el futuro de la biotecnología es tan prometedor como incierto. Hay estimaciones que señalan que en el 2005 será posible detectar el cáncer a través de una muestra de pelo, en el 2006 se podrá tratar la hemofilia a partir de terapias genéticas, y en el 2007 el cáncer podrá ser atacado sin los efectos secundarios de los tratamientos actuales. Se llega incluso a aventurar que en el 2010 será posible eleborar un perfil genético personal de nuestro cuerpo, mientras que se estima que en 2015 podrán curarse enfermedades cardiovasculares y cáncer en sus etapas iniciales de desarrollo.
A la vista de los datos y previsiones anteriores, parece, por tanto, razonable pensar que el impacto directo o indirecto de la industria de la biotecnología en nuestras vidas cotidianas no ha hecho más que empezar y será cada vez más explícito y extendido.
¿Por qué es objetivamente interesante invertir en biotecnología hoy? Primero, el número de compañías que ofrecen beneficios se ha triplicado, pasando de tan sólo seis en 1995 hasta las 19 del 2000, y con previsiones de 55-60 entidades en beneficios en el 2002. Esto es factible por la cercana finalización de las exhaustivas pruebas clínicas y largos procesos de aprobación administrativa de un importante número de productos.
En segundo lugar, la finalización del abecedario del genoma humano aumentará el ritmo de resultados positivos de la investigación aplicada y posteriormente el número de productos comercialmente viables y disponibles durante los próximos años. Baste señalar que solamente 125 productos de biotecnología han salido al mercado durante los últimos 20 años, mientras que 260 productos se hallan hoy en las últimas fases de desarrollo clínico. De éstos, se estima que casi la mitad se podrán explotar comercialmente en los próximos tres años, es decir, ¡el mismo número que en los últimos 20 años!
Por último, las próximas ofertas públicas (salidas a Bolsa) de compañías de biotecnología que ofrecerán selectivamente excelentes oportunidades a los inversores con la capacidad financiera y técnica de anticipar e identificar las mejores alternativas disponibles.
Centrándonos en las oportunidades que la biotecnología ofrece al inversor de a pie es necesario recalcar que, como ocurre en todos los sectores jóvenes y prometedores, los riesgos son proporcionales a las oportunidades. Normalmente, las compañías de biotecnología cotizan en mercados volátiles como el Nasdaq, y suelen ser pequeñas y dependientes de uno o dos productos. Además del riesgo tecnológico propio de la industria, las actividades de estas compañías están sujetas a un alto grado de incertidumbre en los largos procesos -que pueden superar los 10 años- de ensayos clínicos y aprobación administrativa por parte de las autoridades sanitarias.
Es posible invertir directamente a nivel personal en una o en un número reducido de compañías de biotecnología. Si se elige esta vía, el inversor se encontrará con la dificultad de determinar con un grado de confianza razonable cuáles son aquellas compañías concretas que pueden ofrecer una expectativa fundada de beneficio, asumiendo, por tanto, un altísimo nivel de riesgo que se suma a los antes descritos. Tampoco el invertir en las mismas entidades que figuren en los índices bursátiles de referencia contribuirá a aumentar el grado de confianza en el sector, ya que el resultado más probable será la obtención de la misma rentabilidad del mercado, que con frecuencia se comporta poco racionalmente.
El mejor mecanismo para reducir al máximo los riesgos y maximizar las probabilidades de invertir de forma rentable es la diversificación en un amplio número de compañías seleccionadas por equipos de especialistas financieros y médicos. Éstos analizan sobre el terreno oportunidad a oportunidad, y destripan de forma disciplinada y exhaustiva cada compañía desde todas las perspectivas relevantes cuantitativas y cualitativas.
La combinación de estos principios inversores con un horizonte de inversión de largo plazo de al menos tres años suele ofrecer resultados óptimos para el inversor medio. En la práctica, se suele acceder a este tipo de inversión a través de fondos de inversión, de los cuales hay un número limitado en el sector de la biotecnología, y aún más reducido en el mercado español. Asimismo, la cercanía física y amplitud de medios necesarios para efectuar este tipo de análisis detallado compañía a compañía está sólo al alcance de un número reducido de entidades en el mundo, algunas de ellas tienen presencia y ofrecen sus fondos de tecnología y biotecnología en España.
Ramón Pereira es director general en España del gestor de fondos internacionales Franklin Templeton.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.