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Imma Monsó describe una intensa relación madre-hija en su nuevo libro

La escritora publica 'Todo un carácter', la historia de una 'fascinación'

'Siempre he sabido que tienes sangre de horchata'. '¿Has pensado, Julia, que si no sacas el número uno tendrás que pegarte un tiro?'. Son frases que la protagonista de la última novela de Imma Monsó podría haber dirigido a su hija. Palabras hirientes que la Julia madre podría haber dicho y que la Julia hija podría haber respondido con un '¡Anda ya, mamá!'. Es este poder de la palabra, como si fuera un conjuro, un abracadabra, lo que celebra i>Todo un carácter, que han editado simultáneamente La Magrana, en catalán, y Alfaguara, en castellano.

Dice Imma Monsó (Lleida, 1959) que nunca ha sentido esta presión por ser la número uno, aunque en la novela aparezca como tema: 'Todo es un juego de equilibrios. De la misma manera que puedes destrozar a una persona puedes hacerla más fuerte'.

Todo un carácter es una minuciosa descripción de una intensa relación entre madre e hija, aunque a Monsó le gusta más hablar de la descripción de una 'fascinación'. El reto fue construir un personaje femenino, el de la madre, con unas características que habitualmente corresponden a estereotipos masculinos: 'Si una mujer tiene mucho carácter y demuestra su ira, automáticamente se habla de histeria. Si muestra sus contradicciones, es voluble. Igual que ver a un hombre llorar puede tener una gran belleza, ver a una mujer colérica también puede ser una imagen bella', dice.

La encargada de escribir el retrato es la hija, una narradora que transita con facilidad del amor al odio, que rechaza a la madre tanto como la quiere y que, a sus 29 años, sabe, entiende y prevé demasiadas cosas de ella. Tantas, que acaba incubando una depresión. 'Entender demasiadas cosas tiene sus peligros, y éste es, precisamente, uno de los grandes problemas de las relaciones entre la gente. Cuando llevas 15 años con una persona piensas que la conoces tanto que, cuando dice alguna cosa, le tiras rápidamente la caballería por encima. Al final, acabas con una crisis de comunicación que no puedes ni hablar'.

Discurso helicoidal

Pero hablar, hablan, y mucho, las dos protagonistas de Todo un carácter. De hecho, la hija describe a la madre tanto por lo que hace como por lo que dice y por cómo lo dice. Y, así, la novela toma una forma de loop que sigue las constantes y vehementes tomas de posición de la madre, precedidas por expresiones como 'bien mirado' o 'nunca hubiera imaginado' y presididas por el pluscuamperfecto de subjuntivo: 'La madre tiene un discurso helicoidal, que es el mismo que tiene la hija cuando intenta narrar el mundo a través de sus ojos. Esta cosa envolvente, la facilidad para colocarse en el punto de la discusión que más le interesa en un momento dado podría ser la metáfora de una característica bastante femenina. Unas veces puede ser desesperante y otras divertido y carismático, y esto irrita mucho a los hombres'.

De Alsacia a Normandía, y ahora, Barcelona. O, mejor dicho, Vallvidrera y sus vistas panorámicas, que tienen un alto poder anestésico para la Julia hija. Las novelas de Monsó -ha publicado tres desde 1996- se han ido acercando progresivamente a su territorio. En este caso, sin embargo, el paisaje, dice la escritora, son las protagonistas. A pesar de la minuciosidad descriptiva, Monsó rechaza la etiqueta de escritora intimista o introspectiva. 'Es la etiqueta que suele designar un tipo de novela generalmente de mujeres y para mujeres, que hablan de sus problemas siempre desde un punto de vista victimista, donde se confunde la sensibilidad con la ñoñería. Yo no me siento identificada con todo esto'. Lo que sí defiende es 'el valor de la novela como un instrumento privilegiado para conocernos y comprendernos'. Un método de conocimiento, pero también una manera de aprender a relativizar y de reírse de los dramas domésticos y no tan domésticos: 'La novela es el arte de la ironía. Esta ambigüedad irrita mucho a los amantes de las verdades precisas. Con los lectores siempre he tenido dos tipos de reacciones. Los que se ríen mucho y los que se quedan un poco asustados. Pero esto del humor es muy sutil. A mí, Thomas Bernhard me hace mearme de risa, y a otro le puede parecer un palo'.

Inma Monsó, la semana pasada en Barcelona.
Inma Monsó, la semana pasada en Barcelona.MARCEL.LÌ SÀENZ
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