El autor de la polémica biografía sobre Pío Baroja asegura que 'no quería revolucionar el santoral'

Eduardo Gil Bera es consciente de que su biografía de Pío Baroja está provocando una polémica considerable. Tanto, que la presentación barcelonesa de Baroja o el miedo (Península), que se celebró la semana pasada, se convirtió, más bien, en un acto de defensa propia.

'Es la primera vez que hablo de uno de mis libros defendiéndome', afirmó el autor. Le flanqueaban su editor, Joaquim Palau, y el filósofo y escritor Félix de Azúa, que dedicó su parlamento a presentar a Gil Bera (1957) ante el auditorio, puesto que aún son pocos los que le conocen. Azúa le definió como un 'escritor profesional' que vive retirado y que desarrolla su actividad al margen de los grupúsculos literarios. Afirmó también que el contenido de su biografía de Baroja surge de 'una revuelta moral y de una indignación fría, y no de un odio al personaje'.

Expuso asimismo el germen de esta revuelta: 'La vida de Baroja contada por él mismo es un fraude de principio a fin. Todos tenemos tendencia a presentarnos mejor de lo que somos para que nos quieran, pero Baroja se presentaba como un hombre bueno, un héroe moral, honesto e incorruptible. Y todo esto, construido con mentiras'. Mientras afeaba un poco el tono de sorna que Gil Bera ha dado al texto, Azúa advirtió de que 'se le van a echar encima', puesto que en España, afirmó, 'las biografías son, en general, vidas de santos'.

'Cuando me puse a escribir', dijo Gil Bera, 'no pretendía que la verdad resplandeciera, ni revolucionar el santoral, ni quedar como un especialista en Baroja para que me inviten a los cursos de verano de El Escorial'. Simplemente, agregó, 'quería hacer una biografía'.

A juicio de Gil Bera, la pregunta que subyace tras su biografía va más allá de la vida del autor de El árbol de la ciencia: '¿Cómo se construye un prestigio en este país?', se interrogó. '¿Cómo puede ser que un hombre que era un nazi convicto, un totalitario por instinto, un convicto de odio hacia el género humano, pueda ser definido como antitotalitario y liberal?'. A renglón seguido, exclamó: 'Baroja no me ha hecho nada. ¡Lo juro!'.

El método que siguió el autor para construir la biografía fue el siguiente, según expuso utilizando la misma sorna que preside el libro. 'Si él decía que nunca había puesto los pies en Aranda de Duero, seguro que había estado'.