El 23-F y el 13-M

Entre la conmemoración del golpe del 23-F y el anuncio de elecciones en Euskadi para el 13 de Mayo, el cotarro mediático madrileño anda revolucionado. Y el vecindario no sabe a qué carta quedarse. Oye uno a los señores de la COPE, lee El Mundo, y resulta que el actual director del CESID, Javier Calderón, estuvo implicado en la operación golpista. Porque el CESID formó parte de la trama. Por lo visto, 'el CESID creó una célula especial en 1980 para ayudar a los Tejero, Milans del Bosch, Armada y compañía en la asonada', según informaba el diario de Pedro J. Ramírez. Preguntado el portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, el pasado viernes al final del Consejo de Ministros, si el Gobierno 'va a destituir o a tomar alguna medida disciplinaria contra el señor Calderón tras conocerse su implicación en el 23-F', el portavoz gubernamental respondió advirtiendo y aconsejando al osado periodista que 'extreme el cuidado con la utilización de los términos absolutos que pudieran parecer acusaciones directas hacia la persona del general Calderón'. Para el señor Cabanillas, las responsabilidades penales por el 23-F están extinguidas. 'Es cosa juzgada, tanto en sus aspectos civiles como militares'. Luego resulta que sintoniza uno RNE -la radio del régimen, como también lo es El Mundo y la COPE- y el señor Miguel Platón, que asistió el viernes pasado a la tertúlia que dirige Manuel Antonio Rico, y que ha escrito un libro sobre los militares españoles y en el que hace referencia al golpe del 23-F, niega toda implicación del general Calderón en el tinglado golpista y del que hace una gran defensa como patriota íntegro. Con lo que echa por tierra lo que dice la COPE y lo que dice El Mundo. Entonces uno no sabe a qué carta quedarse. Sobre todo, porque tanto unos como otros forman parte del grupo mediático adicto al régimen. Al régimen de la derecha que felizmente nos gobierna. (Felizmente, claro, para la derecha). A ver si entre ellos se aclaran. Porque la gente del común nos hallamos desnortados. Porque esto del 23-F está todo confuso. A veces, y por tal de encontrar un poco de luz, uno se ha permitido formular esta pregunta en tertulia informal con amigos periodistas y políticos: 'Vamos a ver: ¿qué nombres de periodistas y políticos, hoy en ejercicio, creéis vosotros que, en caso de triunfar el golpe del 23-F, continuarían ejerciendo su profesión? Es decir, hubiesen pasado a formar parte del establishment de la nueva situación'. Es un ejercicio que recomiendo a mis lectores como entretenimiento. Por favor, ¡sólo como entretenimiento! No vaya a creer nadie que se propone el juego con mala intención.

Luego tenemos otra fecha a la vista: el 13 de mayo próximo que no tardará en convertirse en un 13-M. Me refiero a las próximas elecciones vascas. La fecha es significativa: el día de la Virgen de Fátima. Por parte del PP, el candidato a lehendakari va a ser, según todos los pronósticos, el todavía ministro de Interior señor Mayor Oreja. En Madrid se da por hecho. Al menos, toda la tropa periodística adicta al régimen ha empezado a despedirle en olor de multitud. De multitud mediática, claro. ¡Ya veremos! La derecha española -política y mediática- tiene puestas en el señor Mayor Oreja todas sus esperanzas. Esperanzas para acabar con el perverso nacionalismo vasco. Y con ello, con el terrorismo. No diría yo que no. La Virgen de Fátima es muy milagrera, según dicen.