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La negativa vasca obliga a la Mancomunidad de Pamplona a almacenar en un camión frigorífico las harinas MER

La negativa del Departamento de Sanidad del Gobierno vasco a permitir el traslado de harinas MER procedentes de Navarra hasta una planta industrial de congelación ubicada junto a Vitoria ha obligado a la Mancomunidad de Pamplona a almacenar los restos cárnicos en un camión frigorífico aparcado en las instalaciones de la empresa que las gestiona. Javier Iturbe, presidente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona y portavoz del PSN-PSOE en el Ayuntamiento, señaló ayer que la prohibición del Gobierno vasco se debió a motivos 'políticos' y no administrativos y añadió que la nueva actitud de colaboración del Gobierno foral, permitirá en el plazo de 'dos o tres días' alcanzar un acuerdo con una empresa navarra para almacenar temporalmente estas harinas.

El Gobierno de UPN, que defendía la opción del enterramiento, cambió de opinión tras una entrevista personal de Iturbe con el presidente Miguel Sanz y el apoyo explícito del consejero de Salud, Santiago Cervera, a la opción de congelar los restos. Hasta que se encuentre una empresa dispuesta a congelar y almacenar las harinas cárnicas en Navarra, los restos inertes del digestor de la empresa Tratamientos MER están siendo almacenados provisionalmente en un camión frigorífico aparcado en sus instalaciones. 'El camión nos permite disipar los problemas de acumulación y, de paso, consigue que los restos alcancen un cierto grado de frío', explicó Iturbe, quien añadió que esta opción 'no presenta riesgo ninguno para la salud de las personas'.

El responsable del ente supramunicipal al que corresponde dar una salida a los residuos urbanos se mostró ayer muy crítico con las instituciones vascas. En declaraciones a RNE, Iturbe dijo que la prohibición de trasladar las harinas MER a la planta alavesa de la firma Friasa, propiedad de un grupo empresarial navarro, se debió a motivos 'políticos'.

Por otro lado, los propietarios de la granja de ganado de la localidad de Labiano, inmovilizada por el Gobierno de Navarra desde la pasada semana, encargaron ayer nuevos análisis de los piensos utilizados para alimentar a sus reses, unas doscientas vacas y terneros. Veterinarios del Gobierno foral confirmaron que habían aparecido harinas de pescado y restos de carne y hueso en los piensos. La cooperativa Caceco, que suministró a sus socios la partida, envío muestras de la misma a un laboratorio de Madrid, junto a otras anteriores y posteriores, y confirmó la ausencia de harinas cárnicas o de pescado. Los propietarios de la granja, acogida a la denominación Ternera de Navarra, han negado haber manipulado los piensos.

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