Un mundo de vinos
Remedios Vázquez venencia una media de 900 caldos al día en muestras y ferias
Remedios Vázquez Mulero, de 30 años, es la venenciadora del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Condado de Huelva, marca de calidad que tiene su sede en Bollullos Par del Condado. Esta mujer, natural de la localidad onubense de Villalba del Alcor, que desprende simpatía y amor por su tierra, se dedica desde hace siete años a una profesión que, históricamente, ha sido desempeñada por hombres.
Con la venencia (cacillo de metal con una varilla flexible que se usa de mango) en la mano derecha y seis vasos en la izquierda, Remedios es capaz de servir una media de 900 vinos al día. Todo un récord. La clave reside en apuntar desde más de un metro de altura para conseguir que el afamado caldo se desprenda suavemente hasta el vaso, sin que el líquido se derrame. Un oficio no apto para cardiacos.
De esta manera, el vino se oxigena por el contacto con el aire y adquiere el sabor perfecto para ser catado. 'Venenciar es una forma elegante y adecuada de servir el vino desde las botas y los barriles', explica Remedios, que se sintió atraída por esta peculiar profesión por la dificultad que entrañaba su ejecución. 'He trabajado desde siempre en bodegas y me parecía algo casi imposible de hacer. Por eso, me decidí a probar y a ensayar durante muchas horas, hasta que conseguí servir el vino con la venencia', comenta.
'Lo más complicado a la hora de venenciar', explica, 'es el momento de cortar el chorro de vino sin que se salga del recipiente. Para conseguirlo, es necesario realizar un giro seco de la caña, sin vacilar. De esta manera, se consigue la belleza y la precisión adecuada'.
Esta profesional, que define su trabajo como 'un arte más, con el que se nace, como el que baila', realiza una media de 20 viajes al año a países de todo el mundo, donde representa al Consejo Regulador en todas las muestras turísticas y gastronómicas nacionales e internacionales: 'La gente se siente muy atraída por esta forma de presentar y promocionar los vinos del Condado de Huelva'.
Remedios dice que nunca se siente nerviosa con la venencia en la mano, pero reconoce que 'una sola vez' temió que le temblara el pulso, cuando venenció ante los Reyes durante la visita que realizaron a la capital onubense, el pasado año. 'Fue terrible, pero al final me tranquilice y todo salió muy bien', dice sonriendo.
La venenciadora del Consejo Regulador ha servido vino a numerosos alcaldes y responsables políticos, además de a un amplio cartel de actores y actrices que han desfilado por Huelva durante el Festival de Cine Iberoamericano. Y asegura que su trabajo no es monótono, 'como piensan algunos'. 'Es una tarea distinta a las demás porque, entre otras cosas, nunca estas parado. El trato humano es fundamental, porque siempre estas en contacto directo con el público'.
Remedios Vázquez es una amante de su profesión: 'No abandonaría esto por nada el mundo. Cuando me pongo el traje de venenciar (una falda de amazona, blusa y chalequillo) y al lado del barril, me siento distinta y siempre tengo la sensación de que estoy haciendo lo que realmente me gusta y me apasiona'.
Además, la venenciadora del Consejo Regulador insta a otras mujeres a que se dediquen a esta profesión: 'Siempre se ha pensado que venenciar es cosa de hombres, pero lo cierto es que se trata de un trabajo que también se adecua a la mujer, porque lo importante no es quien lo hace, sino cómo lo hace'.
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