Justicia iconográfica

La historia comienza a ser justa en Chile: por lo menos en cuanto a lo iconográfico. Junto a la archiconocida imagen de Pinochet con gafas oscuras al inicio de la dictadura -encarnación del tirano cruel-, ahora estará la fotografía de frente y perfil con un número debajo. La del 'extracto de filiación', propia de quien se enfrenta a un proceso criminal.

Muy pocos pensaban que éste podría ser el curso de los acontecimientos antes de octubre de 1998, cuando un viaje a Londres se convirtió en el mayor error de estrategia de quien ostentaba esa cátedra en la Escuela Militar. De quien recién designado senador vitalicio, se seguía sintiendo seguro en un mundo que cada vez le era más hostil: que ha sentado un precedente en cuanto a la abolición de la impunidad.

Muy pocos, también, creían que este nuevo icono que comienza a compensar la historia de la infamia en Chile sería posible tras la vuelta del dictador después de los 500 días londinenses. Pero Chile es un país que puede apelar a una tradición institucional y cultural y lo ha hecho, a pesar de que ésta se encuentre algo desdibujada tras las décadas de dictadura y neoliberalismo.

Chile no ha tenido una transición adecuada y sigue regido por la Constitución que dictaron los militares. El proceso a Pinochet con toda su carga simbólica podrá ser un punto de inflexión para un país que necesita pensarse a sí mismo. Será un premio a la tenacidad de los que no cejaron en luchar por nociones básicas de justicia: para quienes perseveraron en ser ciudadanos en tiempo de militares.-