LAS VÍCTIMAS OLVIDADAS DE LAS 'VACAS LOCAS'
La obligación de retirar del campo los cadáveres de vacas y ovejas pone en peligro el alimento tradicional de especies protegidas, como los buitres, grandes carroñeros y extraordinarios ecologistas, que tienen en España su paraíso europeo.
La crisis de las vacas locas puede poner en peligro la población de aves rapaces en España, donde reside hasta el 95% de la población de algunas especies censadas en Europa. Su alimento natural (vacas y ovejas, fundamentalmente) va a desaparecer a medio plazo de los campos de España como consecuencia de las medidas puestas en marcha para la retirada de estos animales muertos en explotaciones. 'Si no afrontamos este problema, puede producirse un verdadero desastre', afirma Álvaro Camiña, un experto en rapaces. La Sociedad Española de Ornitología (SEO) ha solicitado una reunión con representantes de Agricultura y Medio Ambiente para elaborar un plan de acción y constituir un grupo de trabajo. 'Lo que se ha logrado conseguir en los últimos 10 años puede venirse abajo si no actuamos rápidamente'.
Efectivamente, España es un país singular en algunas especies. La población de buitre leonado se ha logrado sextuplicar en los últimos 20 años, después de haber estado seriamente amenazada por la falta de sensibilidad de los agricultores y el uso de determinados venenos. 'Actualmente están censadas unas 18.000 familias, lo que significa aproximadamente el 95% de la población europea'.
'Hay que tener en cuenta que en Francia apenas cuentan con 200 y no más de 100 en Italia, y que muchas de estas parejas las hemos exportado nosotros para ir repoblando otras zonas del continente', dice Camiña. Respecto al buitre negro la proporción es mayor, apenas hay una o dos parejas en Francia y otras en Grecia. La población en España de águila real equivale al 48% de la UE.
Todas estas aves rapaces, además del milano o de los alimoches, se han alimentado de los animales muertos en el campo, bien de forma casual, bien en los muladares o comederos que pululan en muchas regiones españolas y de los vertederos con restos animales. Algunas de estas zonas se han convertido en puntos fijos para su alimentación, donde los ganaderos llevaban algunas reses muertas de vez en cuando de común acuerdo con organizaciones ecologistas o de protección de la naturaleza. Estas especies hacían una labor de limpieza de estos residuos. 'Tenemos muchos muladares censados, pero realmente tenían una existencia ilegal porque no hay ninguna norma a este respecto. Quizás ha llegado el momento de hacerla, visto el problema que se avecina', dice Alejandro Sánchez, de la SEO.
La actuación de la Guardia Civil ha originado ya algún problema, como ha sido el caso de tres muladares en Salamanca, donde se han descubierto animales abandonados. Los ganaderos se sienten ahora muy presionados para dejar a un animal muerto o enviarlo a uno de estos puntos. En otros lugares se ha podido negociar con instituciones locales una solución temporal como es el caso de Álava: en un acuerdo con la Diputación donde antes se enviaba una vaca cada dos semanas a un muladar ahora se enviará un equino. La cuestión es que el alimento de estas aves tenderá a desaparecer: desde el 1 de enero, las disposiciones legales obligan a una recogida de todas las vacas, cabras y ovejas muertas en las explotaciones, medida que se extenderá a los cerdos, caballos y aves a partir de marzo. Suponiendo que la medida se cumpla en toda su extensión, estas aves se quedarían sin alimento.
Francisco Sánchez, técnico de especies protegidas de la Junta de Castilla y León, es consciente de que tienen que hacer un estudio inmediato de las consecuencias que puede tener este fenómeno. Trabaja cerca del río Duratón, en Segovia, donde viven grandes poblaciones de buitres: 'Todo esto nos ha pillado de sorpresa. Hay muchos muladares piratas, que no causaban problemas porque estas especies se merendaban todo el alimento, pero si eso va a ser imposible habrá que buscar una solución alternativa'. La población de buitres se concentra en las regiones más ganaderas. Castilla y León, Castilla-La Mancha, Navarra, La Rioja y Aragón suponen casi el 70% de la población, que luego se extiende por el oeste de Andalucía (Huelva y Cádiz) y Extremadura.
La forma de alimentarse estas aves rapaces es muy curiosa. Los buitres tienen una gran capacidad de desplazamiento por su utilización de alas térmicas, que les permite un gran radio de acción con escaso gasto. En su búsqueda de alimento, tienen un sistema de comunicación visual que permite irse avisando de un hallazgo hasta concentrar una alta población de aves. 'Supongamos que cada buitre ocupa una cuadrícula de una red. Por su forma de ejecutar el vuelo puede avisar al más cercano de que ha avistado un animal muerto. Esa comunicación se va transmitiendo y en un momento dado aparecen buitres que han podido llegar a recorrer más de 60 kilómetros de distancia', cuenta Francisco Sánchez.
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