Las 'vacas locas' engordan Pescanova
La caída de la demanda de carne de vacuno dispara las ventas de pescado fresco y congelado y la cotización de la empresa gallega en Bolsa
La crisis de las vacas locas está suponiendo el hundimiento del consumo de carne de vacuno y la potenciación de la demanda de otros productos alternativos. Uno de los más beneficiados por esta crisis ha sido el pescado, cuya demanda ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos meses tanto por el volumen de ventas como en los precios percibidos. Pescanova, con una cuota de mercado del 53% en la venta de pescado congelado y capturas propias, ha sido probablemente hasta la fecha la empresa más beneficiada por el aumento de la demanda desde el pasado otoño.
Según los datos que se manejan en el sector, durante el mes de enero el crecimiento del consumo de pescado ha sido espectacular. En lo que afecta a Pescanova, bastó que la empresa comunicase fechas pasadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sus cifras de ventas del último ejercicio, 120.000 millones de pesetas, para que el valor se disparase en Bolsa pasando solamente en una semana de 9,8 a 22,4 euros para luego ceder a posiciones más discretas cuando se puso en evidencia que por detrás de esa subida espectacular no había ninguna operación de compra o venta del grupo. Los analistas financieros han coincidido en señalar que la fuerte subida de Pescanova en el mercado bursátil se ha producido fundamentalmente a consecuencia de la mayor demanda y los precios al alza del pescado, lo que se ha traducido en buenos resultados para el grupo. Para Javier Serrano, de Urquijo Bolsa, por detrás de esta coyuntura favorable hay también un grupo empresarial estable bien posicionado en el sector desde la parte extractiva a la comercializadora.
Grupo dominante
El pasado mes de mayo, el grupo Pescanova se hizo con la mayoría de Pescafina, el primer operador en el comercio de pescado congelado en España. En aquella fecha se anunciaban ya unas previsiones de venta para el ejercicio de 120.000 millones de pesetas, con un beneficio superior a los 3.000 millones. Sin embargo, la coyuntura para el sector de la pesca hasta el último trimestre del año estaba pintando bastos por la subida espectacular de los precios del gasóleo -un coste básico en un barco- y por la pérdida de valor del euro frente al dólar estadounidense. Esta situación varió en los dos últimos meses del año. Bajó el gasóleo, mejoró la relación euro-dólar y, sobre todo, llegó la crisis de las vacas locas, con el progresivo cambio en el consumo en beneficio de cerdos, pollos y pescado.
El grupo Pescanova, entre su marca propia y las marcas blancas, controla actualmente el 53% del mercado de pescado congelado en España, según datos de la consultoría Nielsen. Oficialmente no se han hecho públicos los datos sobre el crecimiento de las ventas de pescado en los dos últimos meses del año. Fuentes de Pescanova estiman ese crecimiento en el grupo para ese periodo entre un 10% y un 15%. Todo ello se ha traducido en unas ventas totales del grupo de 120.000 millones de pesetas durante el pasado año. Pescanova no ha hecho públicas sus cifras sobre beneficios, aunque se estima que podrían superar en ese ejercicio los 2.000 millones de pesetas. Este comportamiento positivo del mercado hacia la pesca, según cifras provisionales manejadas en la empresa, habría mejorado aún más en el mes de enero, con un crecimiento de la demanda del 30%. En medios del sector se estima que, si se mantiene la situación del sector del vacuno, esta línea de crecimiento se consolidaría en los próximos meses.
España, con más de 42 kilos por persona y año, es uno de los primeros consumidores de pescado del mundo. Esta fuerte demanda supone cada año la necesidad de importar cerca de un millón de toneladas de todo tipo de productos del mar, especialmente desde países como Argentina, Chile o Marruecos, a unos precios cada vez más caros ante la inestabilidad en las pesquerías mundiales, la dificultad para acceder a muchos caladeros y el lento avance de la acuicultura.
Ante la mayor demanda de pescado que está provocando la enfermedad de las vacas locas, no se descartan tensiones de precios en los mercados de pescado en origen, donde llevan ventaja los grupos que hayan tomado posiciones en las zonas de capturas. Éste sería el caso de Pescanova, que, junto a los aires favorables provocados por la crisis de las vacas locas, ha sumado una fuerte estructura desde la actividad pesquera a la comercializadora.
Acceso a caladeros
La política pesquera del grupo gallego, nacido en 1961, se adelantó décadas a la seguida por la mayor parte de las empresas del sector. En los años setenta, de acuerdo con la Ley de Sociedades Pesqueras Conjuntas, Pescanova procedió a la constitución de empresas en la mayor parte de los países con caladeros pesqueros de interés, al margen de los acuerdos comunitarios. En la actualidad ello supone la existencia de un grupo con unas noventa empresas y que dispone de 120 grandes barcos congeladores entre embarcaciones propias o de empresas participadas ubicados en los caladeros más ricos del mundo. Esta política supuso, sin embargo, en su día, un fuerte endeudameinto de la sociedad, que en este momento es de 35.000 millones de pesetas a largo plazo, una cifra igual al circulante de la empresa. Para rebajar esa cifra en unos 15.000 millones de pesetas, el grupo barajó en el último año sacar a Bolsa parte de sus empresas en Namibia y Chile, opción que por el momento se ha descartado por innecesaria para el funcionamiento de la sociedad.
Gracias a esta política, Pescanova tuvo el último año unas capturas de unas 120.000 toneladas de pescado, lo que permite al grupo disponer de materias primas propias suficientes para atender sus mercados sin necesidad de recurrir a otros proveedores. De las ventas de Pescanova, el 85% corresponde al pescado congelado, el 10% a la acuicultura y el 5% al pescado fresco. Pescanova ha apostado también por la acuicultura, especialmente en España, Argentina y Chile, donde espera llegar en cinco años a las 100.000 toneladas de salmón.
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