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Un estudio afirma que el arte se inició en Guipúzcoa hace 17.000 años

Las primeras manifestaciones del arte guipuzcoano, que hoy tiene en los escultores Eduardo Chillida y Jorge Oteiza a dos de sus exponentes más destacados, se remontan a hace 17.000 años, según concluye el director de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Jesús Altuna, en Los orígenes del arte en Guipúzcoa, un estudio realizado para el número 15 de la revista Bertan, que publica la Diputación de Guipúzcoa. Sus autores fueron los hombres del Magdaleniense que habitaron cuevas como las de Ekain (Zestoa) o Altxerri (Aia) y dejaron constancia de su capacidad artística en las paredes de las grutas.

'Normalmente se piensa que el arte del Paleolítico sólo está en el interior de las cavernas', dijo Altuna, 'pero no es cierto'. Los hombres primitivos que habitaron lo que hoy es Guipúzcoa también dibujaron su entorno natural en arpones, punzones u otros utensilios. Y como ejemplo destacó un hueso de alcatraz de 18 centímetros -el tamaño de un bolígrafo-, encontrado en la cueva de Torre de Oiartzun, en el que un artista grabó en miniatura y con todo detalle, las cabezas de un ciervo, un caballo, dos cabras montesas y una figura antropomorfa, entre otras imágenes.

Forma de vida

De todo ello queda constancia en este estudio presentado por Altuna, junto al diputado de Cultura, Luis María Bandrés, y el autor de las fotografías, Xabi Otero.

La publicación no se limita a analizar el legado artístico de los antepasados guipuzcoanos, habla también de su forma de vida, del entorno natural que habitaron. Todo, dentro de una colección que se hace eco fundamentalmente del patrimonio cultural y paisajístico de Guipúzcoa.

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