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Los Gobiernos socialistas de Castilla-La Mancha y Extremadura votan a favor del Plan Hidrológico

El Partido Popular saca adelante el trasvase del Ebro en el Consejo Nacional del Agua

Otras autonomías gobernadas también por socialistas como Asturias o Baleares votaron en contra, respondiendo así a las tesis defendidas por el secretario del partido, José Luis Rodríguez Zapatero, y la secretaria sectorial de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Un día antes de la convocatoria del consejo, el PSOE distribuyó una nota en la que exponía 10 razones para rechazar el anteproyecto del Plan Hidrológico Nacional. La dispar respuesta del PSOE y algunos de sus gobiernos autonómicos se atribuye a las concesiones del ministro de Medio Ambiente hacia estas autonomías, con las que mantuvo negociaciones hasta última hora de ayer mismo.

La Junta de Andalucía, que había llegado con la duda de abstenerse o votar en contra, negoció en una sala paralela a la del pleno las exigencias que traía preparadas: un trasvase del Bajo Guadiana al Guadalquivir (Huelva y Sevilla), la gestión compartida de las cuencas del Guadalquivir y del Sur, que se encuentran prácticamente dentro del territorio andaluz, y la instalación de varias desaladoras en sus provincias orientales, donde la escasez de agua para abastecimientos se hace crítica en los periodos de sequía. Pese a las intensas negociaciones de última hora, Andalucía se mostró finalmente contraria al Plan Hidrológico Nacional, pero no da por cerrado el diálogo.

La posición favorable de los gobiernos de Extremadura y Castilla-La Mancha se explica, según sus representantes, en que el Ejecutivo central ha cedido a sus pretensiones y su obligación es defender los intereses de sus territorios, al margen de que el partido sostenga una postura global discrepante a nivel federal. En el caso de Extremadura, el Gobierno se compromete a invertir 194.000 millones de pesetas en obras hidráulicas.

Asimismo, el Ministerio de Medio Ambiente no sólo le garantiza a Castilla-La Mancha usos futuros de agua del Júcar en Albacete, sino las reservas en la cabecera del Tajo con prioridad al trasvase al Segura y más garantías de agua para los abastecimientos y regadíos del Alto Guadiana en la llanura manchega.

Aragón dijo no, como ha reiterado desde que se conoció que el Ebro iba a ser el único río con excendentes trasvasables. El presidente de esta región se trasladará a Bruselas el próximo jueves para defender ante la comisaria de Medio Ambiente europea las razones de su oposición a este trasvase.

En el frente opositor al plan se alinearon también los ecologistas y las organizaciones agrarias COAG y UPA, mientras ASAJA, de tinte conservador, se situó a favor.

El mundo universitario mantuvo una firme oposición al plan. Tanto los representantes de la comunidad científica propuestos por el Ministerio de Ciencia y Tecnología como los del Ministerio de Medio Ambiente votaron no. Narcis Prats, Santiago Fernández, Andrés Sahuquillo y Lucila Candela expresaron un voto particular leído por Prats en el que se afirma que el Plan Hidrológico Nacional en su forma actual no logrará el objetivo que persigue y que puede suponer un deterioro importante de nuestros ecosistemas. Su colega Amalia Pérez Zabaleta se abstuvo.

Falta de base científica

'Reclamamos un tiempo de reflexión y la elaboración de un plan diferente con el máximo consenso científico. Consideramos que los análisis hidrológicos de las cuencas cedentes son sesgados e insuficientes', dijeron en su texto. Los expertos también denunciaron la carencia de una 'base científica ambiental y la ausencia de garantías para el mantenimiento del buen estado ecológico del Ebro'. 'Las soluciones propuestas no son óptimas desde el punto de vista económico ya que no existe un análisis de las demandas ni de la oferta', añadía el texto.

De cara a las futuras generaciones 'carece absolutamente de sentido tensar la demanda de agua en un país seco en vez de poner énfasis en la gestión de los recursos e infraestructuras existentes'. En opinión de estos especialistas, la mayoría de los planes de cuenca tampoco responden a las necesidades futuras del país ya que son proyectos de obras y no de recursos hidráulicos.

Una indisposición privó al consejero de Medio Ambiente de Cataluña asistir al consejo y expresar su posición, que ha anunciado será contraria al Plan Hidrológico.

Tras casi seis horas de debate el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, se felicitó del resultado y recordó que las autonomías socialistas, al aprobar el plan lo hacen en su globalidad.

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