El PSPV pide más veterinarios para controlar las 'vacas locas'

Gobierno y oposición volvieron a enfrentarse ayer, en esta ocasión a cuenta de la crisis de las vacas locas, a raíz de una petición del Grupo Socialista de las Cortes Valencianas, que exigió a la Generalitat un incremento 'inmediato' de la plantilla de veterinarios para hacer frente 'con todas las garantías de oficialidad exigibles' a los controles para prevenir en la Comunidad Valenciana la propagación de la enfermedad, a lo que el PP contestó acusando al PSPV de crear 'alarma injustificada' en torno a la calidad de la carne y defendiendo que el Consell persigue la 'seguridad alimentaria de los consumidores'.

El diputado socialista José Camarasa mostró su 'total y absoluto rechazo' a la actuación de la consejera de Agricultura, María Ángeles Ramón-Llin, a la que acusó de recurrir a veterinarios ajenos a su departamento para tramitar las certificaciones sanitarias de las reses después de que los veterinarios de la Administración se negaran a realizarlas. Los veterinarios de la consejería se han negado a firmar unos certificados sobre los que tienen que pronunciarse sin tener todos los datos en su poder.

'Se ha transferido a unos veterinarios ajenos a la Administración unas competencias que son exclusivas de los veterinarios de la consejería', dijo Camarasa, quien denunció que esto se ha hecho mediante 'un puro y simple acto administrativo, con una firma, sin que hayan tenido la oportunidad de recibir una formación cientíco-técnica adicional' por parte de la Generalitat.

Camarasa señaló, además, que la Consejería de Agricultura 'ha tenido que recurrir a estos veterinarios con el tercer modelo oficial de certificado, porque los dos anteriores no había quien los firmase' y denunció que 'la certificación que garantiza que a las reses no se les ha suministrado en los últimos 30 días ningún fármaco va a tener que realizarla el propio ganadero'.

Falta de medios

Además, los socialistas denunciaron que 'por falta de medios', los test para comprobar si las reses padecen la enfermedad de las vacas locas se realizan en el laboratorio de Algete (Madrid) en lugar de en el Laboratorio de Sanidad Animal de la Comunidad Valenciana. Según los socialistas, los envíos de muestras de vacas sacrificadas al laboratorio de Algete 'no se hicieron como medida de seguridad', sino para que los expertos de dicho departamento 'hicieran lo que se tendría que haber hecho en la Comunidad Valenciana y cuyas competencias recaen en la Consejería de Agricultura'.

La réplica llegó por boca del portavoz de Agricultura del Grupo Popular, Joaquín Soler, quien acusó al PSPV de 'tratar de crear una alarma injustificada sobre la calidad de la carne', informa Efe. Soler aseguró que 'las actuaciones de la Generalitat persiguen en todo momento la seguridad alimentaria de los consumidores'. Por ello, añadió, 'se están poniendo todos los medios legales a su alcance para garantizar que las reses sacrificadas en la Comunidad Valenciana y las que proceden de fuera cumplan todos los requisitos sanitarios establecidos'.