'El éxito de una película se mide por la felicidad que aporte a su público'
El legendario de Hollywood Robert Altman (Kansas City, 1925) habla sobre su fama como director preferido de las grandes estrellas, sobre periodistas ignorantes y sobre su nueva película, Dr. T and the women (Dr. T y las mujeres), que se estrenará el 20 de abril en España.
Pregunta. Señor Altman, su nuevo trabajo muestra a Richard Gere como un ginecólogo en cuya consulta se agolpan las damas de sociedad de Dallas. ¿Qué tiene tan de especial ese Dr. T?
Respuesta. Si usted no lo ha captado todavía, es o bien culpa suya o de mi película. El Dr. T es un hombre amable, reflexivo y que procura ayudar a esas mujeres. A todo el mundo le gusta la gente que intenta ayudarles.
P. ¿Se enamoran quizás las mujeres de este hombre de aspecto imponente precisamente porque él, en apariencia, no se interesa por ellas como mujeres, sino sólo como pacientes?
R. Eso es absurdo. Por supuesto que él también se interesa por las mujeres, aunque quizá no sea muy consciente de ello.
P. Cuando mostró usted esta película el otoño pasado en Venecia, muchos de los reporteros del festival se mostraron decepcionados.
R. Yo creo que eso tuvo que ver con el hecho de que los productores sólo nos invitaron a Richard Gere y a mí para presentar la película en Venecia. No se invitó a ninguna de las actrices, lo que a mí realmente me indignó. Los periodistas no hacían más que preguntarme: '¿No demuestra ya el hecho de que ninguna de las mujeres de Dr. T esté en Venecia que su película es misógina?'. Ojalá no hubiera ido nunca a ese festival.
P. El descontento con Dr. T and the women, ¿no puede tener también un poco que ver con que usted ha hecho una farsa exagerada de la consulta de un ginecólogo, un lugar en el que en la realidad probablemente no siempre se pasa tan bien?
R. ¿Pero a qué viene eso ahora? ¿Es que tenía que haber hecho otra película? ¿Una película médica sobre la ginecología? ¿Una película de preparación para aquellas mujeres a las que les asusta ir al médico? En las entrevistas no paran de preguntarme: 'Oh, ¿por qué no ha tratado en su película este tema o el otro?'. Ante esto, lo único que tengo que decir es que la película no trata ese tema simplemente porque no lo trata. A un pintor tampoco se le pregunta '¿por qué ha utilizado usted ese color y no este otro?'.
P. ¿Les resulta difícil a muchos críticos europeos entender el humor de Dr T and the women porque los estadounidenses se toman la profesión de ginecólogo en sí de forma mucho más jocosa?
R. No lo creo. La verdad es que los hombres y las mujeres se comportan de manera muy distinta ante este tema: a los hombres les gusta tratar el tema de los ginecólogos a nivel de chistes verdes. A las mujeres, no. Mi película está hecha para las mujeres, y son las mujeres quienes la aprecian, entre otras cosas porque hay muchas escenas que tratan de sus miedos. Por ejemplo, como cuando las mujeres que están en la sala de espera tranquilizan a una de las pacientes: 'No se preocupe, no hay ningún motivo para tener miedo'.
P. Las mujeres que rodean al representante del Dr. T, Richard Gere, están interpretadas por estrellas como Farrah Fawcett, Laura Dern, Liv Tyler y Helen Hunt. ¿Es cierto que muchos famosos de Hollywood se pegan por trabajar en una película de Altman y que, con tal de hacerlo, se conforman con honorarios relativamente bajos?
R. ¿Quién le ha dicho que todos quieren trabajar conmigo?
P. Las propias actrices y actores lo afirman una y otra vez.
R. ¿Acaso se cree usted lo que le cuentan? Todos los actores mienten. Cuando quieren trabajar conmigo, se les paga por ello. Quiero decir que los actores siempre están a la búsqueda de buenos trabajos...
P. Por los que les gusta cobrar bien.
R. Cuando los actores trabajan en una película con la que ganan mucho dinero, suele tratarse, por lo general, de una mala película. 'Está bien, lo haré', dicen, 'pero me tenéis que dar un montón por ello'. Pero, sabe usted, todo este cotilleo sobre el dinero es repugnante. Hace 20 años nadie escribía sobre lo que había costado una película, cuánto recaudaba o cuánto ganaban los actores. Hoy vivimos en un mundo en el que la importancia de una película crece a la par que la suma de su presupuesto.
P. ¿Le da igual lo que una película le reporte en ganancias?
R. El éxito de una película se mide por la cantidad de felicidad que aporte a su público. Está claro que las películas que alcanzan al gran público son las películas que más dinero han costado; este gran público se contenta con las cosas sencillas como acción, sangre y violencia. Pero, ¡santo cielo! ¿Qué le está pasando a nuestra cultura, que incluso las personas que se ocupan de la valoración del arte tan sólo informan sobre cuánto dinero cuesta y cuánto reporta? ¿Es que ya no hay nadie que preste atención a sus sentimientos? ¿Acaso el público se deja realmente convencer de que la calidad de una película tiene algo que ver con el presupuesto?
P. ¿Considera usted Dr. T como una película de la misma categoría que obras maestras suyas como Nashville o Short cuts?
R. Yo quiero a esta película. Quiero a todas las personas que la han hecho conmigo. De todas mis obras es, quizá, la que refleja con mayor exactitud aquello que yo quería expresar cuando me puse a hacerla.
P. ¿Se puede resumir esa visión con palabras?
R. Por supuesto que no. Todo está en la película. Si lo hubiera querido expresar con palabras, entonces no habría rodado una película.
© Der Spiegel
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.