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Los santeros cubanos auguran años difíciles y 'Fidel para rato'

Con el propósito de otear el horizonte y de arrojar algo de luz sobre qué deparará a los cubanos el año 2001, medio millar de babalaos o sacerdotes de Ifa se reunieron el pasado 1 de enero en una casa de La Habana y tiraron los caracoles para predecir el futuro. Tras cumplir una serie de ritos sagrados y de escrutar la posición de las conchas de mar, los religiosos afrocubanos determinaron que la letra de este año, primero del siglo y del milenio, era Ogbeweñe. El 2001, dijeron los babalaos, viene cargado de signos preocupantes, como 'desespero y precipitación en los asuntos migratorios; incremento del robo; amenaza de guerra y tormentas tropicales'.

El oráculo de la religión yoruba, procedente de África y traído a estas tierras por los esclavos, dijo más: las dos divinidades que dominarán este año son Ochún - orisha dueño del amor, la tierra y la riqueza, sincretizado en la religión católica con la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba- y Eleggua, el amo de los caminos.

'Sea uno religioso o comunista, con estos santos hay que contar este año si uno quiere que no se le tuerza la vida', afirma Natalia Bolívar, antropóloga cubana y autora de varios libros de santería.

'Buena salud de Castro'

Explica Bolívar que el oddun de 2001 dice también que hay 'beneficio de salud firme y seguro al pie de quien posee poderes dignatarios', advierte de un 'incremento de la persecución individual motivado por el trasiego ilícito' y 'marcada pérdida de posición'. 'Hablando en plata, esto significa que hay Fidel Castro para rato, en cuanto a salud se refiere. Por lo menos este año', opina.

Son cientos de miles los cubanos practicantes de religiones de origen africano que esperan con interés cada primero de enero el pronóstico de los babalaos. Sus caracoles sagrados también hacen predicciones políticas, como ocurrió en 1994, año de la crisis de los balseros, cuando adelantaron que habría huídas y tragedia en el mar.

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Quizás por estos poderes adivinatorios, y más aún por su influencia en una buena parte de la población cubana, durante años el Gobierno miró a los líderes espirituales de la Regla de Ochá con desconfianza, al igual que la jerarquía de la Iglesia Católica lo hizo por una cuestión de competencia.

'Con nosotros hay que contar', afirma un babalao de La Habana, que dice que hay altos miembros del Partido Comunista de Cuba que consultan con ellos cuando tienen un problema. 'Aunque digan que no crean, muchos dirigentes, por si acaso, hacen brujería'.

Millones de cubanos, creyentes y no creyentes, apolíticos y comunistas, han atendido al oráculo de Ifa este primero de enero. El mismo día, en un mensaje difundido por todas las emisoras de radio y televisión, las autoridades de la isla hicieron su propio pronóstico de lo que se avecina: 'Los años por venir no serán apacibles... Seguirá el cerco tenaz para rendirnos, repetirán otra vez la historia del garrote y la zanahoria'.

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