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Crítica:DANZA - RAFAEL AMARGO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Recitativo con tacón

Muy moderno

Rafael Amargo y Rafaela Carrasco

A la trayectoria del maestro Manolete. Coreografías: Rafael Amargo, Manolete, Rafaela Carrasco y Florencio Campo; vestuario: Lorenzo Caprile; música original: Diego Franco, Pablo Suárez y Antón Jiménez; luces: Dominique You; escenografía: Tomás Ruata. Centro Cultural de la Villa de Madrid. Hasta el 30 de diciembre.

La nueva propuesta de Rafael Amargo (Granada, 1975) no elude los compromisos del virtuosismo, los modos vernáculos y los gestos de tendencia, tan en boga hoy en el acompañamiento musical del baile. De lo visto hace unos meses en el Bellas Artes, el bailarín ha extraído un rédito de experiencia escénica, y los números que se repiten están más pulidos y entonados, junto a otros nuevos. La paleta va de unas alegrías con letra de tradición a la seriedad de la soleá y la siguiriya, con abundancia de quiebros y vueltas quebradas, ritmos a compás que van dando la vibración propia e interna de estos bailes de siempre.Rafaela Carrasco da una contrapartida con muchos matices que van desde el acento corralero a un zapateado vigoroso, y Manolete (Manuel Santiago Maya, Granada, 1945) puso la guinda añeja; este bailaor, a pesar de que su primera aparición fue excesivamente larga, domina la escena con su experiencia y su tono, un donaire donde se imponen los rasgos casi olvidados de su tiempo y esplendor.

El estilo de Rafael Amargo es sensiblemente diferente de los otros artistas de género que despuntan hoy, con un baile de pocos adornos, en cierto sentido seco y fuerte, sobrio y latente. El flamenco escénico, por sí mismo, pide estas cosas, esta geometría; y es así que el acento se pone sin excesos en lo concéntrico, el giro justo y el desplante en perfiles de firme dibujo.

Sostiene Amargo que el flamenco no necesita ser modernizado sino ser bien ejecutado, a conciencia. Pero, de hecho, su baile es moderno, muy moderno, con un gusto urbano que se expresa a través de un vestuario selecto, y del sonido, donde está presente la fusión sin excesos. La plantilla sigue esta pauta al bailar, y se les ve entregados, arriesgando y con empaque. Hay que mencionar a los músicos y a los cantaores, especialmente la barcelonesa Montse Cortés con sus sutiles caricias vocales.El estreno de anteayer constituyó también una curiosa reunión de jóvenes artistas del teatro, la televisión y el cine, a los que se ve poco en los círculos de la danza española y que Amargo logra convocar y entusiasmar: Bernabé Fernández, Hugo Silva, Eloy Azorín, Paz Vega, Unax Ugalde, Javier Manrique, una generación X que en cierto sentido da esperanza a la escena española. Amargo forma parte de esa renovación y sus expectativas.

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