Engaño eólico
La energía eólica ha tenido desde siempre buena prensa, al ser una forma aceptable de producción eléctrica, con una materia prima inagotable y que no genera residuos: el viento. Pero, industrializar zonas de gran valor ecológico, como las de Iturrieta, Cruz de Alda, Arkamo o Badaia (en Álava), para instalar agresivos parques eólicos, convierte a la limpia energía eólica en una forma de destruir los cada vez más escasos espacios naturales de nuestra comunidad, construyendo pistas, afectando a la avifauna y al paisaje. En definitiva, creando una industria en lo que debería ser un medio natural a proteger.La Diputación foral alavesa y los ayuntamientos alaveses de Vitoria-Gasteiz, Valle de Arana, Kuartango, etc. deben tomar las oportunas decisiones, para evitar estos atentados contra el medio ambiente. No podemos callarnos, ante la única intención de empresas como Gamesa, Iberdrola, Eólicas Euskadi, de obtener un gran lucro, a costa de industrializar las citadas zonas. Montañeros, ecologistas y amantes de la naturaleza, no podemos y, no nos vamos a rendir ante el mayúsculo error de destruir patrimonio natural para producir una energía que no es alternativa de nada. (ahí tenemos a la vieja central nuclerar de Garoña, funcionando 10 años más, y los numerosos proyectos de nuevas centrales térmicas en el País Vasco).
Sí queremos nuevas energías limpias y alternativas, pero con adecuadas ubicaciones y, con un previo debate social, que mire por la sostenibilidad de nuestro territorio.- Eduardo Fernández de Lezeta Goya. Vitoria.
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