El Consejo de la Juventud rechaza el servicio civil
La desaparición del servicio militar obligatorio -en noviembre se realizó el último sorteo- va a tener como consecuencia para las ONG que no van a poder contar con los objetores que realizaban la prestación social sustitutoria (unos 50.000 en la última convocatoria). Un estudio realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona el año pasado señalaba que ello iba a suponer que un 25% de los servicios prestados por estas organizaciones no se iban a poder mantener, aunque fueran necesarios. Como alternativa, la Dirección General de Objeción de Conciencia del Ministerio de Justicia ha estudiado "la conveniencia de la introducción de la figura del servicio civil". Entre las razones de este servicio, recogidas en el Documento de trabajo sobre el servicio civil, se señala que "contribuiría de forma decisiva al bienestar general de la población" y que "incidiría positivamente en la formación integral de los jóvenes", fundamentalmente "facilitando su integración y compromiso social", como "complemento" a su educación en solidaridad y responsabilidad y como formación en los llamados "nuevos yacimientos de empleo". El servicio civil sería voluntario, según indica la Constitución, pero se podría incentivar con beneficios sociales (facilidades para conseguir una vivienda de protección oficial) o académicos (becas).
Esta propuesta ha sido rechazada por el Consejo de la Juventud, un organismo del Ministerio de Asuntos Sociales que agrupa a 71 organizaciones juveniles. El principal argumento del Consejo es que "en el país de la UE con mayor tasa de desempleo juvenil", lo que debe hacer la Administración es fomentar el empleo. Precisamente, señalan, los campos en los que actuaría el servicio civil son los llamados "nuevos yacimientos de empleo", que deben utilizarse para incorporar a los jóvenes al mercado laboral.
Tampoco las principales ONG son partidarias de esta iniciativa, aunque reconocen que alguna organización pequeña puede tener problemas para cubrir el trabajo de los objetores.
Según Domingo Pérez, responsable de formación de Cruz Roja, la mayor organización asistencial por presupuesto y número de trabajadores, "hay que hacer otro planteamiento". "Aunque la desaparición de la prestación social sustitutoria nos puede causar algún problemilla, llevamos años preparando el terreno. Nosotros tenemos muy claro que somos una organización de voluntariado", afirma. "Lo que vamos a hacer para suplir a los objetores, que, por cierto, han trabajado mucho y muy bien, es fomentar la captación de otros grupos, reorganizar y priorizar los servicios", explica. Entre sus objetivos está dirigirse especialmente a los prejubilados, las amas de casa y los adultos de más de 30 años, "los colectivos menos representados actualmente entre los voluntarios".
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