Una fuga de película
La justicia peruana investiga la operación que permitió la huida de Montesinos
El ex jefe de los servicios de información peruanos, Vladimiro Montesinos, a quien se consideraba el hombre fuerte del régimen del presidente Alberto Fujimori, ha dado muestras de sus dotes como agente secreto protagonizando una rocambolesca huida de Perú en la que no ha faltado ninguno de los elementos de las mejores películas del género, incluyendo un viaje clandestino a bordo de un velero por aguas del Caribe. Según las últimas informaciones (que no dejan de ponerse en duda teniendo en cuenta los antecedentes del protagonista en espionaje y contrainformación), Montesinos podría haber llegado a la isla de Aruba a través de Costa Rica.Dos de las personas que colaboraron con la fuga de Montesinos, están siendo interrogadas por las autoridades peruanas y dos equipos de la policía han viajado a Aruba y Galápagos para seguir los pasos del ex asesor presidencial. Entretanto, la comisión del Congreso encargada de la investigación del caso Montesinos ha estimado su fortuna en mil millones de dólares (unos 180.000 millones de pesetas).
Montesinos abandonó Perú el pasado 29 de noviembre con pasaporte falso, para ello contó con la ayuda de importantes políticos y hombres de negocios. Desde allí se dirigió a Costa Rica, donde le esperaba un balandro con el que navegó hasta la isla de Aruba, en Venezuela. La policía trata ahora de investigar el amplio entramado que al parecer colaboró en la fuga.
En un local de la división de Seguridad del Estado permanece detenida Aurora Mejía Guzmán. Ella fue la coordinadora de los viajes y hospedaje de Montesinos durante su fuga, según versión de los tres militares que revelaron, el jueves pasado, detalles de la huida por mar de Montesinos hacia Costa Rica y con destino final en Aruba, Venezuela.
De acuerdo al testimonio de los tres militares que acompañaron a Montesinos en su fuga el pasado 29 de octubre, Aurora Mejía fue la encargada de coordinar la llegada del velero Karisma. Luego, se habría encargado de la logística en Venezuela. Aurora Mejía abandonó el sábado pasado territorio venezolano, con un salvoconducto firmado por Alberto Fernández-Prada, cónsul general del Perú en Caracas. A su llegada a Lima fue detenida por la Policía. Al parecer, la mujer estaría dispuesta a colaborar con las autoridades. Por de pronto, el sábado se entrevistó con el ministro de Interior, Antonio Vidal, responsable de la captura de Montesinos.
Otra pieza clave de todo este rompecabezas es el empresario peruano José Lizier, propietario del velero Karisma que generosamente puso a disposición de Montesinos para la fuga, en la que también participó. Lizier, según fuentes judiciales, se presentó el sábado pasado ante el fiscal de turno para dar su testimonio. El empresario ha aceptado haber ayudado a Montesinos para salir del país el 29 de octubre, fecha en la que no existía aún orden de captura contra Montesinos. Su conciencia, sin embargo, no parece estar muy tranquila, ya que se ha conocido que habría tratado de huir por la frontera norte, con la ayuda del congresista José Antonio Palomo.
Palomo denunció ayer haber sido detenido arbitrariamente desde las seis de la tarde (hora local) del sábado pasado por miembros de la Policía en el departamento de Tumbes. Palomo dice desconocer las causas de su detención. "Yo llegué a Tumbes con el fin de recoger una testimonial del ingeniero José Lizier", declaró el parlamentario. Otras versiones aseguran que Palomo habría llegado a Tumbes portando un maletín con una gran cantidad de dinero para entregárselo a Lizier.
Amenazas de muerte
El congresista asegura haberse comunicado telefónicamente con él y que le dijo que se encontraba amenazado de muerte, lo que motivó su presencia inmediata en Tumbes, toda vez que son amigos. Sobre Aurora Mejía, la mujer que acompañó a Montesinos en su huida, refirió que nunca habló con ella ni por teléfono ni personalmente.Por otro lado, David Waisman, presidente de la comisión del Congreso encargada de investigar a Montesinos declaró que la fortuna del ex asesor presidencial sería de unos mil millones de dólares y procedería del tráfico de armas y el lavado de dinero. Waisman llegó esta conclusión luego de entrevistar a diez personas vinculadas con Montesinos. Los fondos, dijo, fueron depositados en bancos de distintos países a nombre del propio Montesinos y también de terceros. Sólo se han logrado congelar cuentas con un total de unos veinte millones de dólares.
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