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Experiencia piloto en Brasil de la enseñanza del español

Juan Arias

Los centros privados y públicos de Brasil están introduciendo la obligatoriedad de estudiar español antes de que lo apruebe oficialmente el Parlamento de Brasil. Una llamativa experiencia piloto se está desarrollando desde 1998 en la escuela pública de Goiânia, la capital del Estado de Goiás, a 200 kilómetros de Brasilia, la capital del país. Goiás es un Estado llamado a ser uno de los ejes del futuro desarrollo económico y cultural del país.El programa, denominado Escola para o Século XXI, incluye el estudio obligatorio del español a todos los niveles. Lo más importante es que los profesores son licenciados que ganan el puesto por concurso, al revés de lo que ocurre en otras escuelas, donde los docentes de español tienen escasa preparación. La Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Goiâna ha hecho un acuerdo con la Universidad Federal de Goiás para formar profesores de español.

El Gobierno de Goiás encuentra tres motivaciones para imponer la enseñanza del castellano en las escuelas públicas participates: la importancia de Brasil en el Mercosur (en el resto de países se habla español); el derecho del alumno a conocer otra lengua de expresión mundial, y la posibilidad de que los estudiantes brasileños puedan comparar las estructuras morfo-sintácticas de su idioma, el portugués, con otra lengua de origen latino.

6.000 alumnos

Tras sólo dos años de experiencia, y contando con la dificultad de encontrar profesores licenciados en español, la enseñanza del español está ya implantada obligatoriamente en 17 escuelas de la red pública municipal de Goiânia. De ello se benefician 6.000 alumnos de entre 10 y 11 años, distribuidos en 174 grupos.El proyecto piloto de Goiâna revoluciona además los métodos tradicionales de la enseñanza en las escuelas públicas brasileñas. El lema de estos centros es "educar para la vida". El principio básico es "la calidad de la enseñanza", así como preparar a los alumnos para enfrentarse a un mercado globalizado y competitivo. Por ello se hace mucho hincapié en el uso de la informática en todas las materias.

La Escuela para el Siglo XXI desarrolla además cursos para una reflexión sobre la función "social y simbólica de la escuela". Los alumnos están dotados de bibliotecas y laboratorios de varias disciplinas, tienen una jornada escolar de cinco horas y cuentan con un sistema moderno de valorización del progreso del alumno, basado más en el seguimiento continuo de los estudiantes que en los fríos exámenes tradicionales.

En el campo de la producción, el trabajo de Escuela para el Siglo XXI apunta hacia la necesidad de una sistematización del material utilizado y de la organización de producción intelectual de los profesionales de la red municipal de enseñanza.

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