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Sanus se lo pisa

Miquel Alberola

Sostiene Zaplana que el ex alcalde de Alcoy, Josep Sanus, ridiculiza al PSPV en su intervención en la comisión de investigación de las Cortes Valencianas sobre la legionella. Y lleva razón. La defensa -y el aplauso- de la actuación del Consell ante esta epidemia hecha por Sanus ante la comisión deja en ridículo a su partido, que ha optado por no participar en la gala de ese plató parlamentario, concebido casi en exclusiva para ser consagrado en Canal 9, cuya función final será cantada a dúo y bailada por Alejandro Font de Mora y Luis Concepción. Y dice bien Zaplana: "ridiculiza". No es la primera vez que lo hace. El asunto de la legionella también ha servido como chequeo para el principal partido de la oposición. Primero que nada ahí se ha constatado su falta de reflejos parlamentarios en un argumento de suma gravedad, que ha afrontado casi tan tarde como el Consell. Contra esa misma piedra de la legionella ha chocado la escasa eficacia del nuevo estilo parlamentario del partido, que, con más munición que efectivos, dejó que Zaplana saliera indemne del hemiciclo cuando acudió a explicar las medidas tomadas por el Consell para atajar una epidemia cuyo balance provisional es 142 infectados y por lo menos cinco -quizá siete- muertos. Ahora, tras haber rectificado sobre la marcha abandonando una comisión que no ofrecía demasiadas garantías, asiste a su propia perplejidad y flaccidez ante la declaración de Sanus, quien no ha sido expulsado de forma inmediata del partido quién sabe si por dar un reflejo heterodoxo al PSPV, que es lo que más necesita. Resulta comprensible que los elogios de Sanus sean directamente proporcionales a la amenaza de Zaplana de levantar la tapadera al puchero alcoyano, cuyos vapores quizá sean más sabrosos que los de las torres de refrigeración, pero que el PSPV asuma deportivamente que su militante juegue en el bando contrario asombra. Sanus se pisa el morro porque sabe lo que le conviene, pero ¿y su partido? ¿Ha regresado Pla de Nueva York?

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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