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Marina y De la Válgoma critican en un ensayo el "prestigio del pesimismo"

Explicar el "proceso de humanización del hombre" y establecer las bases de una "constitución universal basada en la dignidad de los individuos y en sus derechos". Éstos son los objetivos del ensayo La lucha por la dignidad. Teoría de la felicidad política, de José Antonio Marina (Toledo, 1939) y María de la Válgoma (Madrid, 1948), un libro "optimista", según sus autores, y que arremete contra el "prestigio intelectual del pesimismo". A juicio de Marina, a pesar de las dificultades y los peajes que han tenido que pagar los movimientos sociales que se han dado a lo largo de este proceso de humanización, "la historia es un gran argumento ético" contra actitudes pasivas. Ejemplos hay muchos, y La lucha por la dignidad los recuerda: la lenta expansión de los regímenes democráticos, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, la liberación de la mujer, la seguridad social... Es una historia inacabada y sinuosa, "el relato de cómo nos hemos inventado como especie", según el filósofo.

Y es un toque de alerta, también, contra actitudes acomodaticias. Marina califica el texto de "libro activo" que recuerda que los movimientos sociales han tenido siempre como objetivo la "búsqueda de la felicidad social, sin la que no es posible la felicidad individual". Esta búsqueda ha tenido, según los autores, dos motores: "La lucha contra intereses y los mitos de legitimación, como el que defendía que había hombres que habían nacido esclavos".

Marina y De la Válgoma, profesora de Derecho Civil de la Universidad Complutense de Madrid, consideran que es "necesario recuperar la idea de utopía". Dice Marina que la utopía "es el modo más eficaz de conocer el presente, porque sólo cuando tenemos en la cabeza cómo podrían ser las cosas podemos juzgar cómo son en el presente". Es así como justifican su propuesta de constitución universal. Una constitución que tendría como primer artículo el "deseo de felicidad y de justicia" y la afirmación de que "la dignidad humana entraña y se realiza mediante la posesión y el reconocimiento recíproco de derechos".

Para alcanzarla, dicen, y para alcanzar dos prolongaciones necesarias de la misma -un código civil y penal universal y un fondo de compensación entre naciones-, hay "medios técnicos". La utopía vista como motor de cambio: "Muchas veces se dice que no se puede hacer nada, pero hemos constatado que una sola acción individual puede desencadenar un movimiento colectivo", constata De la Válgoma.

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