Los autores denuncian que la persecución de escritores cuenta con nuevos y sofisticados métodos

Cerca de una treintena de escritores y periodistas firmaron ayer, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Valladolid, el manifiesto final del congreso La escritura perseguida: disidencia y exilio, en el que se han reunido durante dos días representantes de ocho países, convocados por la Fundación Jorge Guillén. En el manifiesto se resalta que en diversos lugares del mundo se sigue persiguiendo a los escritores con "nuevos y sofisticados" métodos para reprimir la palabra. Los firmantes hicieron una defensa de los escritores perseguidos en sus países de origen, los que están privados de libertad, los que se encuentran en el exilio y, en particular, de las mujeres que añaden a su condición femenina la de creador silenciado. También piden la "paridad de protección y defensa de escritores y periodistas", ya que el "medio de difusión no puede establecer diferencias en el ejercicio de la libre expresión de las ideas". El presidente del PEN Club Internacional, el mexicano Homero Aridjis, también informó de que Valladolid albergará la sede española de la organización mundial de escritores, traductores y editores PEN.

Aridjis advirtió en la jornada inaugural del congreso de que la libertad de expresión "es un derecho indeleble a medias ganado y todavía reprimido en muchos países del mundo contemporáneo". En su conferencia inaugural destacó que "ningún continente está exento de violaciones" a la libertad de creación, y explicó que la persecución es hoy "tan grande como a principios de siglo, pero con otras formas y maneras". Tras dar a conocer los nombres de muchos de los escritores acogidos al PEN y de afirmar su convencimiento de mantener viva la llama de la "libertad intelectual en el mundo", Homero Aridjis señaló que la defensa de este derecho "seguirá siendo una constante en el siglo XXI".

El PEN Club Internacional agrupa desde 1921 a escritores, traductores y editores, y se ocupa de gestionar la libertad de periodistas y escritores detenidos, así como a apoyar a las lenguas minoritarias y defender la libertad de expresión en todos los ámbitos.