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EL PACTO ANTITERRORISTA

Arenas y Zapatero firman hoy ante Aznar en La Moncloa su pacto de Estado contra ETA

Luis R. Aizpeolea

El secretario general del PP, Javier Arenas, y el del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, firmarán hoy en La Moncloa, en presencia del presidente del Gobierno, José María Aznar, el acuerdo contra ETA. La firma del pacto vendrá precedida de una reunión entre Aznar y Zapatero. El de hoy es el segundo encuentro oficial que mantienen ambos dirigentes en La Moncloa desde que Zapatero fuera elegido secretario general del PSOE en julio. Será el segundo pacto de Estado que firmen los dos partidos en su historia, tras el autonómico de 1992. El Gobierno ha impuesto un acto protocolario sin declaraciones.

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Confianza en más adhesiones

El único precedente de un pacto de Estado entre los dos primeros partidos nacionales es el que tuvo lugar en febrero de 1992 para el traspaso de 32 competencias en manos de la administración central a diez comunidades autónomas. El protocolo del pacto que suscriben hoy en La Moncloa Arenas y Rodríguez Zapatero, en presencia de Aznar, está inspirado en aquel precedente. Así se lo hizo constar el secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, al diputado socialista Alfredo Pérez Rubalcaba en el último tramo de la negociación. Y el representante del PSOE aceptó. El documento en el que se desarrollaba el pacto autonómico de febrero de 1992 lo suscribieron en La Moncloa Txiki Benegas, entonces secretario de Organización del PSOE, y José María Aznar, en calidad de presidente del PP, en presencia del jefe del Ejecutivo Felipe González.

La firma del pacto contra ETA, a la una de la tarde de hoy, tendrá la misma sede y parecidos cargos institucionales. Lo que han cambiado son las personas. Aznar, que en 1992 firmaba como líder de la oposición, hoy asistirá al acto en calidad de presidente del Gobierno, en vez de González. La firma como jefe de la oposición le corresponde hoy a Rodríguez Zapatero, y Arenas suscribirá el acuerdo en nombre del partido del Gobierno, como hizo Benegas en 1992. Aznar se reunirá antes con Arenas y con Zapatero, por separado.

Tanto Zarzalejos como Rubalcaba han justificado esta fórmula, no sólo por su precedente histórico, sino por lógica política: el pacto deben firmarlo los partidos porque tiene vocación de multilateralidad, de apertura a todas las fuerzas democráticas. La presencia del Gobierno en la firma se justifica porque al Ejecutivo le corresponde la aplicación de la política antiterrorista.

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Precisamente, la vocación de apertura del pacto entre el PP y el PSOE a otros partidos volvió a cuestionarse ayer desde las fuerzas democráticas que no han participado en su negociación. La respuesta de Jordi Pujol sorprendió al Gobierno porque, según aseguran fuentes del Ejecutivo, el presidente de la Generalitat fue informado puntualmente del desarrollo de la negociación y no puso ninguna traba a la misma.

No obstante, tanto desde el Gobierno como desde el PSOE se confía en que los demás partidos democráticos acaben suscribiendo el texto. Así, el ministro del Interior, Jaime Mayor, aseguró que el pacto es de "puro sentido común y pura lógica democrática". "Al final el sentido común, la lógica, siempre arrastran a todos. Unos tardarán más y otros menos". El ministro justificó el pacto en "la gran demanda social existente, que quiere cohesión en la lucha antiterrorista". Rubalcaba, representante del PSOE en la negociación con el PP, insistió en que los nacionalistas, inclusive el PNV, se incorporarán al pacto a medio plazo. Tanto el PP como el PSOE mantendrán contactos con todos los partidos democráticos para atraerlos al pacto "aunque sin prisas", según señalaban ayer desde ambos partidos.

Los socialistas estiman que la unidad democrática contra ETA, rota desde hace años, "no se puede recuperar en poco tiempo". Todo lo confían a que la propia dinámica política y el desarrollo de las potencialidades que contiene el pacto para combatir a ETA acabe convenciendo de su necesidad a los partidos que ahora se muestran reticentes a suscribirlo. Rubalcaba destacó ayer que el preámbulo del texto con el que son tan críticos los nacionalistas es "temporal" y puede ser variado. "Lo importante son los diez puntos del acuerdo. El preámbulo es un diagnóstico de la situación política actual del País Vasco, con un PNV comprometido con el Pacto de Estella. Si el PNV rompe claramente ese compromiso, ese preámbulo ya no tendría sentido", señala. El PP comparte esta tesis.

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